A través del trabajo que hicimos por la rehabilitación de niños sordos en zonas rurales (proyecto yo hablo bien), donde además de encontrarlos a ellos, encontramos personas con autismo, con síndrome de asperger, síndrome de down y parálisis cerebral.
Los profesionales no podían entender porque los niños que no eran sordos también se beneficiaban de la lengua de señas, siendo no sordos.
En muchos casos, la partida del aprendizaje de la lengua de señas de estos niños les permitió en tiempos variables, conseguir el habla era como si de alguna manera por kinesia y la retroalimentacion visual, ellos pudiesen integrar el lenguaje oral a su vida, era un tiempo de consecución distinto como si se les abriese una puerta a sí mismos. Esto pese a haber realizado esfuerzos previos para el desarrollo del habla en ellos antes de esta experiencia, antes de ponerlos informalmente en contacto con ella, compartiendo el espacio físico.
Socialmente la lengua de señas es fuertemente rechazada en la sociedad, aunque hoy en día somos capaces de ponernos en el lugar de otro, y podemos convenir en la riqueza en el giro que le da a las personas que no oyen o que no se expresan verbalmente, poder tener una voz.
Oliver Sacks, médico neurólogo sin siquiera imaginar que su estudio sociólogico y neurólogico de la lengua de señas, pudo ver la voz y poder acercar a las personas su aprendizaje y su visión de personas sordas que signaban en su libro "Veo una voz".
Es y fue tremendamente interesante para el equipo que laboró en esta zona rural, descubrir casualmente (porque no tenían noticias) que la lengua de señas pudiese ser un camino también para personas no sordas.
Aunque no hemos profundizado en esta área de investigación, una y otra vez vemos resultados sorprendentes, haciendo el ejercicio neurolinguistico.
Si su hijo es autista, y esta interesado en aprender lengua de señas, y participar en este esfuerzo,
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