lunes, 13 de junio de 2011

“La discapacidad es de la sociedad y no del individuo”

Pamela Molina es chilena y ha dedicado su vida a luchar por los derechos de las personas sordas






Nada le causaba más enojo que la discriminación de aquellos familiares y amigos que dejaron de hablarle cuando, a los 13 años, una enfermedad la dejó sorda.

Su autoestima comenzó a minarse y al inicio Pamela Molina recuerda haber sentido una desventaja respecto a las personas que escuchaban, hasta que decidió revertir su situación.

Representante y defensora de Derechos de Personas Sordas en la ONU, Licenciada en Literatura Hispánica por la Universidad de Chile, miembro de la Junta Directiva de la red Latinoamericana de Organizaciones de Personas con Discapacidad y sus Familias, presidenta del Club Real de Sordos, con Estudios de Post- Grado en Derechos Humanos en la University of Chicago y Master de Ciencias en estudios de Discapacidad y Desarrollo Humano ( becada por la Fundación Ford) en la Universidad de Illinois en Chicago, a lo largo de su vida Pamela se ha ocupado en lograr que los que la rodean entiendan que el mundo del silencio o el mundo de los sordos no está conformado por limitaciones, sino por capacidades distintas y no limitantes.

Molina realiza consultorías e investigación en Discapacidad , Derechos Humanos, No Discriminación, Empoderamiento de minorías y Desarrollo Inclusivo. De igual modo y desde Washington, lugar donde vive, se encarga de la ejecución de proyectos sociales y culturales orientados a darle poder a personas con discapacidad.

Pamela Molina visitó México para dar seguimiento al proyecto POETA (Programa de Oportunidades en el Empleo a través de la Tecnología en las Américas), un programa que se aplica en 18 países y 55 centros en América Latina y que capacitó ya a 25 mil personas.

“El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a través de su Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) se une al trabajo en México en el marco de la inclusión laboral”, comenta a KIOSCO.

En pos de la inclusión

A su decir, no es perder el oído lo que la salvó, sino haber podido aprovechar su discapacidad para lo que hoy hace por la comunidad sorda; entre otras cosas y a través de sus gestiones como Consejera Nacional y representante de la Comunidad Sorda en Chile, logró la inclusión de intérpretes en Lengua de Señas en las noticias de la televisión chilena para interpretar las noticias completas.



“No queríamos subtítulos en la pantalla, porque además el 70 % de la población sorda lo lee, como lo hace la mayoría. Queríamos la información completa, tal como la tienen los hablantes. Salimos a la calle a defender nuestro derecho a la información y ganamos, a pesar de que la Corte Suprema rechazó la demanda por una apelación de los canales que se negaban a incluir el lenguaje de señas chileno. Logramos que el Ministerio de Educación onsiderara la necesidad de la inclusión de la Lengua de Señas en la educación y hoy está asumiendo campañas de capacitación de lenguaje de señas a todo educador, además de un monitor en el aula, para que los estudiantes sordos tengan un modelo lingüístico y cultural que desarrolle su identidad, en lugar de tener vergüenza por ser sordo”, relata Pamela con entusiasmo.



A través del Trust for the Americas ONG afiliada a la OEA, Molina está integrada al POETA.



—¿Cuál es su función el programa y cuál su percepción de México ante el empleo de personas sordas?

— En México existen alrededor de 2 millones de personas con discapacidad. El 98% de ellas carece de empleo, ya que el país no cuenta con elementos de accesibilidad y libre tránsito para ellos. Si bien existen leyes federales que promueven la integración de las personas con discapacidad, en el sistema de trabajo estas no son conocidas y en la práctica no se llevan a cabo para nada. Como respuesta a esta situación POETA ha capacitado a 3 mil trescientas personas y procura la movilización del sector empresarial de manera que crezcan los espacios de trabajo para personas con discapacidad y se promuevan políticas de inclusión en la empresa. POETA funciona actualmente en nueve centros para personas con discapacidad en el DF, Mérida, Monterrey, Morelia, Campeche, Tecomán, Colima, Tlalnepantla, Xalapa; y esperamos sumar a finales de este año siete centros más en Zapopan, San Luis Potosí, Ecatepec, Ciudad de México y Monterrey.

—¿Cuál es el objetivo concretos de dichos centros?

—Capacitar a personas con discapacidad en habilidades laborales de tal manera que puedan conseguir empleos. Esto se logra mediante la creación de centros de capacitación para personas con discapacidad, así como crear módulos especializados de capacitación en tecnología dirigidos a preparar a las personas con discapacidad en empleos ya existentes en el mercado. Los centros POETA ofrecen capacitación general en informática, alfabetización digital, capacitación en tele-trabajo, preparación para el mundo laboral, y módulos adicionales que respondan a las necesidades de los empresarios interesados.

—¿Los empresarios mexicanos expresan interés para la contratación de las personas con discapacidad?

—En México existen aproximadamente 300 mil sordos, es un arduo trabajo pues las personas con discapacidad se enfrentan a diferentes limitaciones para acceder en igualdad de condiciones a la educación, empleo, salud, cultura a pesar de que la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad que fue promovida por México en el seno de la ONU, tiene justamente como propósito promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad. Buscamos generar acuerdos con empresas para la contratación de personas con discapacidad para generar un incremento del 40% en la inclusión laboral de aquí al año 2012 en México, el objetivo es contar con empleados con discapacidad altamente eficiente y preparada, así como enriquecer el ambiente laboral de la empresa en la diversidad.

Recordando a Gilberto

¿Cuál es su opinión sobre la gestión que desarrolló Gilberto Rincón Gallardo como titular del CONAPRED?

—Lo conocí en la ONU, fue el representante de la delegación mexicana en todas las gestiones internacionales de este documento en el seno de la ONU y, sin duda, fue un hombre con prestigio internacional ante el tema de los derechos de las personas con discapacidad. Gracias a él, entró en vigor la Convención sobre los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad, lo cual nos ha cambiado la vida, porque la Convención tiene un enfoque moderno que enfatiza la igualdad de derechos para este sector de la población, su capacidad jurídica y deja a un lado el enfoque asistencialista clásico. La Convención que entró en vigor el 3 de mayo de 2008, visualiza que la discapacidad no está en el individuo, sino cuando la sociedad pone barreras y no acepta ni permite el desarrollo de la diversidad humana. Por ejemplo cuando no me proporcionan un intérprete, en ese momento tengo una discapacidad, pero cuando me proporcionan un intérprete no tengo ninguna discapacidad. Cuando tengo tecnología que me permite hablar por teléfono o tengo interpretes de lenguaje de señas en la televisión, mi discapacidad no existe. La discapacidad la genera la sociedad, no el individuo.



Pamela Molina, vive sola, y hace tiempo que está enamorada de la comunidad sorda. Fue ahí donde encontró su verdadera identidad, cambió la perspectiva y la visión del mundo, aprendió la Lengua de Señas y se puso la camiseta por los derechos de las personas sordas. De hecho, la trae puesta cuando hacemos la entrevista para KIOSKO.



Actualmente, además de sus actividades como consultora e investigadora en Discapacidad y Derechos Humanos, escribe ensayos a partir de la perspectiva de la inclusión de derechos de la comunidad sorda. Es una líder en el tema, en Chile y ahora a nivel internacional.



Entre los premios que ha obtenido se encuentra el Estrella de la Esperanza, del Centro Integral de Rehabilitación de Colombia; el Premio Ciudadanía, Fundación IDEAS, Santiago, por la contribución contra la Discriminación de las Personas con discapacidad en Chile; el Premio Nacional al Mérito Universitario de la Universidad de Chile y la Universidad de Austral de Valdivia, por excelencia académica a nivel nacional y el Premio Elena Caffarena, de Santiago, por la Promoción y Defensa de las Derechos civiles de las mujeres con discapacidad.



Fuente: El Universal (México)

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