Un total de 520 horas ayuda a una quincena de chicos a descubrir el fantástico mundo de las articulaciones y los signosl Comunicación La iniciativa trata de enseñar el lenguaje no hablado para fomentar así una relación más directa y comunicativa con personas ciegas y sordas.
El lenguaje verbal es signo de comunicación, pero el no verbal también lo es. Por ello, desde el Consistorio aljarqueño han querido darle el papel primordial que poco a poco va tomando en la sociedad. Un total de 520 horas han servido para introducir a 15 jóvenes en este mundo lleno de gesticulaciones. La fuerte demanda producida en la edición pasada del curso Comunicación de Lengua de Signos Española es lo que llevó a la concejalía de Formación a ofertarlo.
El alcalde de Aljaraque, David Toscano; la concejala de Formación, Josefa García, y el concejal de Servicios Generales, José Dávila, asistieron al acto de clausura, en el cual, el alumnado recogió su diploma.
Miriam Hidalgo y Beatriz Soriano han sido las principales conductoras, además de participar Patricia Ordóñez y Roberto Díaz, monitores de los módulos transversales de Orientación Laboral y de Prevención de Riesgos Laborales, respectivamente.
Según palabras de Josefa, "el balance es muy positivo, los chicos se mostraron muy contentos y de echo, algunos de ellos comentaron la posibilidad de hacer un curso en el que se pudiesen estudiar signos internacionales".
Los módulos más importantes estudiados versaron sobre la comunicación no verbal, la sordoceguera y sus aplicaciones, las técnicas de interpretación y aspectos profesionales o la articulación morfológica, sintaxis y semántica de la lengua de signos españolas, entre otros muchos aspectos.
El curso persiguió como objetivo general interpretar simultáneamente en lenguaje de signos los mensajes emitidos en lengua oral y viceversa. Del mismo modo, pretendía que los alumnos aprendieran a utilizar la lengua de signos con fines diversos, valorando su importancia como fuente de información, de disfrute y de ocio como medio de acceso a una comunidad que tiene una forma de vida distinta pero tan válida como la habitual.
El Centro de Formación de Corrales acogió los módulos teóricos e interpretativos, mientras que los módulos prácticos fueron desarrollados en diversas entidades para que así los alumnos fuesen manteniendo un contacto más directo con personas invidentes o sordas.
También fue un curso muy divertido. Se les han enseñado típicas canciones en braile, habilidades de expresión, signos de gesticulación con el rostro, a mostrar sentimientos o a transmitir con diversas posturas y en general, con todo el cuerpo humano. Josefa García lo definió como "un periodo muy gratificante, lleno de emociones y sensibilidad".
El Ayuntamiento aljaraqueño ha puesto su granito en la formación y en la adaptabilidad a la nueva sociedad cada vez más llena de necesidades y es por eso que ya tienen pensado elaborar de nuevo un proyecto tan sensible como este.
Leonor Sánchez / http://www.huelvainformacion.es
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