lunes, 12 de marzo de 2012
Sordera no le impide ser un virtuoso de la música
El contrabajista Héctor Tirado es un hombre de admirar por ser un ejemplo de superación, porque ha demostrado que no importa la condición que se tenga, como la sordera con la que nació, los sueños se pueden realizar si las barreras se convierten en puentes.
"Las barreras en la vida pueden ser muchas, pero para una persona con algún impedimento puede ser más cuesta arriba lograr sus sueños. La palabra impedimento es prohibida en mi vocabulario. He tenido muchas piedras en el camino, pero en mi caso ha habido mucha perseverancia. Sé quien soy. Estoy seguro de mi mismo. Estoy preparado y lo único que necesito es que se me dé la oportunidad de expresarme (a través de la música)", dice con sencillez el mayagüezano.
El también profesor de contrabajo en el Conservatorio de Música en Hato Rey e integrante de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, nació en un ambiente en donde el amor de sus padres siempre estuvo presente lo que lo hizo feliz y gracias al apoyo de ellos pudo seguir su pasión por la música pese a su condición.
Revela a Primera Hora que fue un niño hiperactivo que en lugar de hablar gritaba y fue a través de unas pruebas auditivas que sus padres confirmaron su padecimiento. Tras tomar terapias del habla intensivas pudo desarrollarse como cualquier otro niño sin los beneficios que existen hoy día de escuelas especializadas.
Reconoce, sin embargo, que a través de la escuela vocacional para sordos recibió la ayuda para costear parte de los audífonos que cuestan $5 mil el par y así poder escuchar y desarrollarse en la música.
Indica que nunca aprendió el lenguaje de señas, en su lugar aprendió a leerle los labios a las personas cuando hablan.
Formó parte del Programa de Cuerdas para Niños del Conservatorio de Música en el que ofrecía clases su tío Abel Tirado. Como si fuera poco, aprendió a tocar acordeón y violonchelo hasta que se enamoró del contrabajo.
En cuanto a su experiencia como profesor, ya que también ofrece clases en el Departamento de Música de la Universidad Interamericana y clases privadas, fue en el Conservatorio de Música hace cuatro años cuando a su matrícula llegó una niña con su misma condición con quien se identificó y se convirtió en su mentor.
"Esos cuatro años fueron los mejores años de mi vida, porque pude ver el proceso que yo pasé y pude transmitirle cómo superarlo y que cuando yo estaba como ella no tuve esa ventaja", detalla el músico de 47 años de edad.
Lo primero que escuchó
Cuenta que su primer audífono para sólo uno de sus oídos lo obtuvo en kinder y el primer sonido que escuchó fue el abrir de una lata gaseosa, por lo que quedó sorprendido. Además, escuchaba todo lo que decían sus amigos.
Previo a escuchar por vez primera a través del aparato auditivo, dice, que "antes yo estaba en mi mundo feliz, pero al tener el audífono fue que pisé tierra. En el tercer grado los boté porque no me acostumbraba, porque era muy fuerte el sonido y yo escuchaba muchas cosas. En séptimo grado fue que volví a usarlos".
Pese a todo lo logrado en su carrera musical a Héctor Tirado le interesa mucho que a su vida llegue un manejador conocedor de la música clásica que esté comprometido para poder exponer su música a través del mundo.
Cumple sus sueños
Héctor Tirado, quien cuenta con un bachillerato del Conservatorio de Música de Hato Rey, logró una maestría en la Universidad de Yale gracias al virtuoso del contrabajo el estadounidense Gary Karr de quien siempre ha sido un leal admirador.
Tuvo el sueño y fue tras de él porque "lo cogí en el lobby del hotel Pierre, fue un viernes. Yo llegando y me lo encontré de frente y le dije: 'Maestro esperé seis años y quiero tocar para usted'. (Para su sorpresa) me dijo: 'Con mucho gusto, ven mañana antes de mi ensayo con la Sinfónica'. Emocionado me presenté con mi padre y él me escuchó tocar. Me aceptó como su pupilo y me hizo una carta de recomendación para conseguir becas y para hacer mi maestría en Yale", narra.
Agrega con simpatía que en la vida "hay que ser presentao".
Gary Karr quedó impresionado con la técnica de Tirado por el modo como sostenía el arco al tocar el contrabajo, lo que lo conquistó.
Pero, no todo fue color de rosa porque tuvo que esperar un año para graduarse de bachillerato y poder realizar su maestría. De esa oportunidad nació una sólida amistad entre él y el insigne músico, al punto de que han grabado dos dúos que están documentados en youtube.
En tanto, Tirado ha grabado dos discos, el primero Sentimientos navideños y el segundo Rielos, cuyo título se basa en el sustantivo del verbo rielar que se refiere a los reflejos de la luna sobre el mar y en este caso representa los diferentes tonos en sus interpretaciones.
Otra meta que le falta por cumplir es conocer y tocar junto a la percusionista Evelyn Glennie, quien es la mejor del mundo y desde los 12 años es sorda.
Un momento especial durante esta entrevista fue cuando el artista se despojó de sus audífonos y zapatos para interpretar la pieza Vocalise de Serge Rachmaninof de su álbum Rielos, con la que deleitó a la directora de este diario, Linda Hernández, en agradecimiento al apoyo que siempre le ha brindado a su carrera y por su primera oportunidad en la televisión.
"Siempre que toco como solista me quito los audífonos y me quedo descalzo, porque percibo el sonido a través del tacto de la vibración y no del sonido. Suelo tocar en una base en madera y me dejo llevar por lo que siento. Aquí no hay puntitos y no hay referencia ", precisa".
Frances Tirado / Primera Hora
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