Los niños con pérdida de audición leve experimentan una pérdida de calidad de vida mayor que los niños con pérdida de audición más severa, o eso piensan los padres.
Investigadores australianos evaluaron la calidad de vida psicológica y física de 83 niños de 7-8 años con pérdida de audición congénita. Los padres de los niños contestaron a preguntas sobre el impacto de la pérdida de audición en la vida diaria del niño.
Los padres creían que la severidad de la pérdida de audición era un factor determinante en la calidad de vida. Sin embargo, el estudio indicaba que las pérdidas de audición más leves estaban asociadas a una calidad de vida peor, según las respuestas de los padres.
Los efectos de la pérdida de audición leve se pasan por alto
Los investigadores creen que esta contradicción aparente puede deberse a las percepciones y expectativas de los padres de niños con pérdida de audición leve. Estos padres perciben el comportamiento, aprendizaje y demás dificultades de su hijo como problemas más graves que los que puedan percibir los padres de niños con pérdida de audición más severa.
Los padres de niños con pérdida de audición leve piensan que sus hijos son capaces de arreglárselas como un niño normo-oyente, mientras que los padres de niños con una pérdida auditiva mayor están más predispuestos a aceptar que su hijo tiene problemas y que estarán en desventaja en comparación con los niños con audición normal.
Los investigadores tras el estudio recomiendan dar a los niños con pérdida de audición leve el mismo grado de atención que un niño con pérdida auditiva más severa. Si no se presta la atención necesaria, se produce un declive en la calidad de vida del niño con pérdida de audición leve normalmente asociado al de niños con pérdidas de audición más severas.
Fuente: Parent-reported health-related quality of life in children with congenital hearing loss: a population study. Ambulatory Pediatrics
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