sábado, 21 de mayo de 2011

La meningitis puede causar problemas en el desarrollo sensorial y sicomotor


Daño cerebral, amputaciones, sordera, ceguera y cicatrices en la piel son algunas de las consecuencias de padecer esta enfermedad y no detectarla a tiempo.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad es causante de cerca de 50.000 muertes a nivel mundial anualmente. Incluso, cuando los pacientes reciben tratamiento oportuno, un 5 a 10 por ciento de los pacientes fallecen, generalmente, durante las primeras 48 horas tras tener los síntomas.
La meningitis es la inflamación de las meninges, membranas que recubren el cerebro y la médula espinal (sistema nervioso central). Puede ser de “origen infeccioso y se presenta porque llega un microorganismo o un virus hasta el sitio donde están las membranas y la inflama”, explica Nicolás Medina Silva, médico cirujano con máster en ciencias biomédicas.
Virus, hongos y bacterias son los responsables de la infección. Cuando la meningitis es bacteriana, tiene un grado alto de gravedad y generalmente es generada por microorganismos como el Haemphilus influenzae, el neumococo y la Neisseria meningitidis, (también llamada meningococo).
Cuando la enfermedad es causada por este último, puede ocasionar problemas cerebrales y, según la OMS, es mortal en el 50 por ciento de los casos no tratados.

En la infancia
Aunque la enfermedad se puede presentar a cualquier edad, es común que esta ataque a los niños. Según un estudio del Hospital de Garrahan (Argentina) la incidencia de meningitis meningocócica en los niños es del 75 por ciento.
Para el doctor Medina, en Colombia, entre 1994 y 2005, el 64 por ciento de los casos de meningitis por meningococo ocurrieron en niños menores de 9 años.
“Una meningitis en un adulto es quizás más fácil de reconocer que en un niño pequeño. El infante puede mostrar irritabilidad, llanto prolongado e incluso síntomas de meningismo típica: rigidez en la nuca o dolor, al tratar de moverle la cabeza al niño”, añade el especialista.
La enfermedad, además, se manifiesta con síntomas muy similares a los del resfriado común, como fiebre, dolor corporal, malestar general, vómito e, incluso, diarrea y fotosensibilidad.
Cabe anotar que la meningitis por meningococo compromete rápidamente el estado de salud del paciente. Algunos pueden experimentar disminución del nivel de conciencia; en la mayoría, se generan lesiones rojas en la piel que más adelante puede causar un cuadro clínico, llamado púrpura. En casos extremos, se puede llegar a una falla multisistémica fulminante.
Si la persona sobrevive puede quedar con retraso mental, sordera, ceguera, deformidades, etc. En el niño, además, afirma el médico, lo más frecuente es que se presente un trastorno del desarrollo sicomotor y alteraciones señoriales.
La importancia de la vacunación
Aunque existen muchas medidas de prevención, es fundamental vacunar al niño a tiempo y protegerlo de enfermedades como la meningitis, especialmente aquella causada por el meningococo. Esta solo necesita una dosis y puede aplicarse a partir de los 2 y hasta los 55 años de edad; solo necesita refuerzo en 5 años para paciente con enfermedades inmunológicas.
Si la vacuna se coloca a corta edad, será mayor su efectividad, pues “a medida que avanza el tiempo, la cantidad de protección puede declinar”, sostiene Nicolás Medina Silva, médico cirujano con máster en ciencias biomédicas.

Para no olvidar…
La bacteria se transmite a través de secreciones respiratorias o de la garganta. Es decir, al tener contacto de persona a persona por medio de besos, tos, estornudos y por el hecho de compartir cubiertos, botellas, vasos, etc.
Para evitar contagios, recuerde:
• Consultar de inmediato al médico, ante cualquier síntoma o señal de alerta.
• Si el niño está enfermo, aislarlo.
• Es importante el lavado de manos frecuente.

Fuente: www.abcdelbebe.com

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