Científicos de la Universidad de Utah, en Estados Unidos, han realizado un sorprendente descubrimiento.
En dos experimentos llevados a cabo, constataron que la luz infrarroja podía hacer que células cardiacas de ratas se movieran, y también que las células del oído interior de un tipo de peces enviasen señales al cerebro.
Este descubrimiento podría ayudar al desarrollo de implantes para ayudar a los sordos a oír, que utilicen la luz infrarroja en lugar de señales eléctricas. Pero también podría dar lugar a la creación de dispositivos que permitan ver a los ciegos o tratar trastornos de equilibrio y movimiento.
Asimismo, este sistema serviría también para fabricar marcapasos que utilicen señales ópticas en vez de señales eléctricas para estimular a las células cardiacas, aseguran los investigadores.
Según ellos, todos estos dispositivos "hablarán" al cerebro con pulsos ópticos infrarrojos, en lugar de con pulsos eléctricos. Los pulsos infrarrojos serán de baja intensidad, y tendrán una longitud de onda invisible.
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