martes, 24 de mayo de 2011
La música aumenta la capacidad de concentración y atención en los niños
Desde el vientre, el bebé puede apreciar y sentir los efectos de la musicoterapia.
Después de la segunda mitad del siglo XX, la música comenzó a usarse como método terapéutico, gracias al descubrimiento de sus efectos en los temas afectivos y de atención. Los niños son ahora los más beneficiados.
Que un bebé escuche música desde el vientre y un papá procure cultivar en su hijo el gusto por la interpretación de un instrumento musical, no es un capricho. Pedagogos, psicólogos, otorrinolaringólogos y pediatras se han ocupado de investigar ritmos y melodías, y han encontrado importantes resultados en el desarrollo infantil.
Eduardo R. Hernández González, pediatra y terapeuta de la conducta infantil, escribió que a mediados del siglo XX un otorrinolaringólogo francés, Alfred Tomatis, inició una propuesta de rehabilitación dirigida a personas con dificultades auditivas o de lenguaje. "Su programa terapéutico consistía en la estimulación musical a través de escuchar piezas de Mozart y otros compositores clásicos, obteniendo cambios positivos en la rehabilitación del lenguaje". Asimismo, el especialista elaboró un nuevo modelo de crecimiento y desarrollo del oído humano; ahí reconoció que el feto escucha sonidos de la digestión, los ritmos cardíacos y la respiración de la madre. Otros estudios se refieren a que, en 1993, la psicóloga Frances Rauscher y colaboradores de la Universidad de California publicaron los resultados obtenidos en una investigación realizada con grupos de estudiantes a quienes se les puso a escuchar durante 10 minutos una sonata de Mozart, logrando puntuaciones altas en las pruebas de habilidades, así como un incremento transitorio del cociente intelectual.
A este hallazgo se le llamó "efecto Mozart". Según Hernández, estudios posteriores han demostrado que el escuchar música de Mozart desencadena cambios de conducta, afectividad y metabólicos, pero no significa que sean pequeños genios. De esta forma, Guillermo Félix Tejera, maestro de la Universidad Incca de Colombia, afirma: "Se ha demostrado que la música aumenta la capacidad, atención y concentración de los niños; mejora la habilidad para resolver problemas matemáticos y de razonamientos complejos; los introduce en los sonidos, significados de las palabras y fortalece el aprendizaje; estimula la creatividad y la imaginación, además de su progreso integral, al actuar sobre todas las áreas del crecimiento, y brinda la oportunidad de interactuar con otros pequeños y con los adultos.
Por un buen crecimiento
No se puede hacer una guía de música para niños como si fuera un recetario. En general, se aconsejan los ritmos clásicos. "Personalmente, recomendaría también las canciones de cuna tradicionales (bien cantadas), melodías tradicionales de ritmos tranquilos y percusión moderada, con una óptima intensidad de volumen", opina Félix Tejera.
Los buenos efectos empiezan desde el vientre, pero cuando los niños ya están en edad de aprender a interpretar un instrumento, el complemento musical es mucho mayor. Disciplina, manejo de la impulsividad, concentración y, sobre todo, la autoestima son beneficios que reconoce Germán Pilonieta, del Equipo Cisne de Investigación, una propuesta novedosa para el desarrollo de procesos de formación. El investigador dice que las imposiciones nunca son la fuente de la pasión musical, "se trata de un diseño muy profesional de aproximaciones sucesivas a los talentos en formación y a los ya formados, mediante metodologías de emulación. Es posible que muchos niños no hayan sido expuestos de manera adecuada y entonces se presente rechazo, pero si lo que encuentran es muy agradable y poderoso, puede que sigan un poco más adelante". Tiempo, paciencia y un ambiente propicio son condiciones fundamentales a la hora de inculcarle a un pequeño la idea de tomar la música como uno de sus hobbies. La presencia de padres que se interesan por el tema y de excelentes maestros influyen en los buenos resultados que se obtengan al escuchar e interpretar melodías.
El experto de la Universidad Incca dice que todos los niños son capaces de obtener un significativo desarrollo musical, a no ser que tengan un problema notable en la audición. Los que tengan talento podrán distinguirse más, pero muchos de los efectos dependen del trabajo, la constancia y de buenos profesores.
Es importante aclarar que la música no es la pócima secreta para crear genios, aunque sí es una gran ayuda para generar habilidades que alcanzan hasta el análisis matemático, desarrolla enormemente la sensibilidad, pero esto no asegura una conducta intachable en la vida.
Lo cierto de todo es que diferentes disciplinas científicas le han encontrado beneficios y los conceptos no parten de la improvisación. Por eso, nada se pierde en exponer a los pequeños desde la gestación al ambiente de los sonidos, pues queda claro que la música 'no es sólo para los oídos'.
http://www.abcdelbebe.com
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