domingo, 27 de mayo de 2012
Personas sordas también padecen baja autoestima
Las personas sordas no solo padecen discapacidad auditiva, sino también dificultades emocionales y baja autoestima.
Esto hace que su tratamiento requiera más que la sola atención clínica y rehabilitación auditiva.
Las dificultades emocionales más padecidas por estos pacientes, son: desadaptación, frustración, además de sentirse discriminados y con serias dificultades en su comunicación.
Hay más 250 millones de personas con discapacidad auditiva en todo el mundo, y la mayoría de sus familiares no aprende el lenguaje de señas para establecer un nivel afectivo y comunicativo suficiente, según estima la Organización Mundial de la Salud, OMS.
Todos son diferentes
Muchos creen de forma errónea que todos las personas con deficiencias auditivas son iguales y que su problema se centra únicamente en su discapacidad auditiva.
"El problema es mucho más complejo, es el desarrollo integral del sujeto el se ve afectado de una manera global, es decir, en varios aspectos", afirma José Antonio Rivas, otólogo y director de la Clínica Rivas.
Las consecuencias derivadas de una deficiencia o pérdida auditiva, repercuten en aspectos como el desarrollo cognitivo y socioafectivo, la comunicación y la personalidad de quien las padece, entre otras. La principal consecuencia que se presenta en una persona sorda, es su dificultad para comunicarse con el mundo que le rodea y de ella se van a derivar el resto de implicaciones como sentirse muchas veces diferente al resto de las personas.
La insuficiente explicación de los hechos, el por qué de las cosas, las consecuencias de sus actos, en definitiva, la falta de información sobre el funcionamiento y las normas que rigen la sociedad y los valores sobre los que se sustenta, desencadenan cierto grado de desadaptación.
"En las personas con hipoacusia, las consecuencias aún siendo notorias, no suponen alteraciones insalvables, mientras que en el sordo, las consecuencias son tantas y tan importantes que todo su desarrollo personal se ve comprometido", agrega Adriana Rivas, médica especialista en Audiología.
No perciben el afecto
Las características de tono, intensidad y ritmo, que representa el lenguaje permiten distinguir situaciones comunicativas de afecto, ternura o enfado.
Estas emociones son difícilmente percibidas por las personas sordas, dado que su canal auditivo se encuentra gravemente alterado, limitándose la comprensión de estas situaciones a las percepciones visuales, que en ocasiones dan lugar a errores.
Al sordo le resulta imposible aunar experiencia y comunicación. La visión es su único canal de información y por tanto no puede dividirlo. A diferencia del oyente, el sordo no puede realizar una tarea y simultáneamente recibir información auditiva.
Por esta razón, presentan dificultad para aceptar la frustración, como consecuencia del bajo control que los agentes externos (padres, profesores, etc.) ejercen sobre su conducta y que resultan permisivos, favoreciendo el egocentrismo.
Para los especialistas, la familia cumple un papel fundamental en recuperar la estima de las personas sordas.
En ella se deben generar espacios de diversión en común, de disfrute de las equivocaciones y aciertos para lograr aceptación consigo mismos, y hacer que pierdan los nervios para se sientan incluidos y no discriminados en su circulo social.
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