sábado, 12 de mayo de 2012
Carta a madres especiales
La mayoría de las mujeres se convierten en madre por accidente, algunas por elección, una pocas por presiones sociales y una o dos por hábito. Este año aproximadamente 100.000 mujeres van a ser madres de hijos discapacitados. Alguna vez se te ocurrió pensar cómo son elegidas las madres de chicos discapacitados?
De algún modo… yo visualizo a Dios revoloteando sobre la tierra, seleccionando sus instrumentos de propagación con gran cuidado y deliberación. Mientras observa, Él va diciendo a sus ángeles que anoten en un gran libro: Armstrong Beth, un hijo y que el Santo Patrono sea Matías; Forrest Marjorie, una hija… Santa Patrona Cecilia; Rudlege Carrie, mellizos… Santo Patrono… dale a Gerardo, está acostumbrado a las profanidades. Finalmente le pasa un nombre al ángel y sonríe, “a ella dale un hijo discapacitado”.
El ángel siente curiosidad: “por qué a ella Señor que es tan feliz?”
“Exactamente -sonríe Dios- Podría Yo darle un hijo con problemas a una madre que no conociera la risa? Eso sería cruel”
“ Pero tiene paciencia? –pregunta el ángel-
“ Yo no quiero –responde Dios- que tenga demasiada paciencia, o se va a ahogar en un mar de desaliento y pena por sí misma. Una vez que el shock y el resentimiento se le hayan pasado, va a ser capaz de enfrentarlo. Yo la estuve observando hoy. Ella tiene esa personalidad (conciencia en sí misma) y esa independencia que son tan raras y tan necesarias en una madre. Verás, el chico que le voy a dar va a tener su propio mundo. Ella va a tener que hacerlo vivir en el de ella… y eso no va a ser fácil.”
Acota el ángel: “Pero Señor , yo creo que ella ni siquiera cree en ti”
Dios sonríe: "no importa, eso lo puedo arreglar. Ésta es perfecta, tiene el suficiente egoísmo”.
El ángel se asombra.” Egoísmo? Acaso es una virtud?
Dios asiente: “Si no se puede separar de su hijo ocasionalmente, nunca va a sobrevivir. Sí, acá tenemos una mujer a la cual voy a bendecir con un hijo menos que perfecto. Ella todavía no se da cuenta, pero es para ser envidiada. Ella nunca va a dar por supuesta una palabra hablada, ella nunca va a considerar un progreso como natural; cuando su hijo diga “mamá” por primera vez, ella va a estar presenciando un milagro, y lo va a saber. Cuando le describa a su hijo ciego un árbol o un atardecer, ella los va a ver como pocas ven mis creaciones. Yo voy a permitirle ver claramente las cosas que yo veo… ignorancia, crueldad, prejuicio…y le voy a permitir estar por encima de ellas. Nunca va a estar sola. Yo estaré a su lado cada minuto de cada día de su vida porque ella estará haciendo mi trabajo, tan seguramente como que ella está aquí a mi lado”.
“Y qué hay de su Santo Patrono? le pregunta el ángel con la lapicera en el aire.
Dios sonríe: “un espejo será suficiente”, responde.
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