lunes, 3 de octubre de 2011
Un día para escuchar a los sordos
Colombia - Los huilenses deben entender lo que a gritos reclaman los sordos: ellos no son personas incapaces ni torpes. Ellos piden que se les ofrezca oportunidades laborales y educativas.
Las personas sordas no son mudas, hablan con fluidez, tienen una lengua perfecta de signos y a través de ella piensan, sienten, sueñan, investigan, generan conocimientos e interactúan con el mundo. Se hallan dispersos en todos los países del planeta desde Japón, pasando por España, Afganistán, Egipto, Inglaterra, Estados Unidos, Argentina o Colombia. Desempeñan todos los oficios y profesiones: arquitectos, ingenieros, docentes, pintores, músicos, empresarios, universitarios, estudiantes de secundaria, primaria o niños de preescolar. Pero también los hay sin trabajo, sin educación, pobres, marginados, despreciados por sus familias y la sociedad, despojados de todos los derechos humanos.
La Federación Mundial de Sordos, WFD, con sede en Finlandia, asegura que de los 70 millones de personas sordas que existen en el mundo el 80% no tiene acceso a la educación. Solo del 1 al 2% de estas personas reciben formación en lengua de signos, la lengua de los sordos. Esta situación es más grave en los países en vía de desarrollo como Colombia en el que la situación de las mujeres y los niños sordos es muy crítica.
Ante tal situación, la WFD, con miles de miembros en todo el planeta, declararon hace más de cincuenta años el 30 de septiembre como el Día Internacional del Sordo. La intensión fundamental fue llamar la atención sobre la condición de indefensión en las que se hallan las personas sordas y solicitar la restitución de sus derechos fundamentales. "Los derechos humanos son universales y pertenecen a todos sin distinción de sexo, origen nacional o étnico, color, religión, idioma o cualquier otra condición como la discapacidad o la sordera. Por lo tanto, las personas sordas tienen derecho a ejercer los derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales en igualdad de condiciones con los demás" Afirma el organismo internacional.
Por otra parte la Federación Nacional de Sordos de Colombia (Fenascol), afirma que los sordos no son Pacientes Enfermos, sino Sujetos Sociales de Derecho pertenecientes a una comunidad lingüística minoritaria. Lo que significa NO determinar la sordera como una enfermedad, sino como una forma distinta de percibir y comprender el mundo, siendo así personas Diferentes más no Deficientes, capaces de desarrollar multiplicidad de acciones como las que podría desarrollar cualquier ser humano.
Como entender los derechos de los sordos
La Federación Mundial de Sordos considera que los derechos de los sordos se pueden resumir en los siguientes puntos :
1) Reconocimiento por parte de las sociedad de la Lengua de Señas como la lengua natural de los sordos vinculada al patrimonio cultural, social, histórico y religioso del país;
2) Educación bilingüe para los niños y jóvenes en la que se ha de enseñar primero la Lengua de Señas y luego el español en lo concerniente a leer y escribir; 3) Accesibilidad a la información en una sociedad en la que todo está diseñado para los oyentes. Por ejemplo, derecho a tener acceso a los documentos oficiales y medios de comunicación; y,
3) Derecho a un intérprete para interactuar con el mundo de los oyentes, asistir a la escuela, el colegio, la universidad, el trabajo sin detrimento de su patrimonio personal. Los intérpretes deben ser pagados por el estado.
En nuestro país se han presentado avances al respecto. La Lengua de Señas Colombiana, LSC, utilizada por la comunidad sorda del país, fue reconocida oficialmente en 1996 a través de Ley 324 y ratificada por Ley 982 del año 2005. Por otra parte ya ha habido investigaciones al respecto entre las que se destaca la publicación del Diccionario Básico de la Lengua de Señas Colombiana, publicado por el Instituto Nacional para Sordos, INSOR, y el Instituto Caro y Cuervo, apoyados por el Ministerio de Educación. Por otra parte, en las instituciones educativas como La Escuela Normal Superior de Neiva, que imparte educación a ciento cuarenta niños y jóvenes sordos desde preescolar hasta el ciclo complementario, el gobierno ha contratado intérpretes profesionales y modelos lingüísticos que le sirven de apoyo a los docentes.
Es destacar por ejemplo el Centro de Relevo que conecta telefónicamente a todos los sordos con los oyentes del país en forma gratuita. El sordo, a través de internet y una "Webcam", se comunica mediante la LSC a unos operadores que traducen el mensaje y llaman a la persona solicitada por el sordo para transmitir el mensaje. Así, los sordos mantienen comunicación directa con familiares, amigos y desconocidos.
Dos historias de vida
La WFD calcula que en el mundo existen unos 70.000.000 de sordos. Si juntáramos todas esas personas en un solo lugar tendríamos un país casi dos veces más grande que Colombia. Para el 2009, el Dane calculaba que la población colombiana sería de 45'000.000. Imaginemos entonces ese inmenso país de sordos, sus calles, sus centros comerciales, sus universidades, sus discotecas, sus museos, sus presidentes, sus alcaldes, sus jueces, etc. Sería acaso el país más silencioso del mundo, sólo el movimiento de las manos delatarían las conversaciones y la algarabía. Pero sería un país más justo para los sordos, una nación hecha a su medida en donde todos los ciudadanos se unirían para crear sus propias leyes y ese 80% mundial de personas sordas de la que hablara la WFD, sin educación y sumidas en la pobreza, se realizarían como personas.
En Estados Unidos existe una universidad sólo para sordos con un rector, estudiantes profesores y empleados sordos. Es la universidad privada de Gaullaudet, ubicada en Washington D. C, y apoyada por el Congreso de la República. En ella se dictan clases utilizando la Lengua de Señas de Estados Unidos y en segundo lugar el inglés. La universidad fue abierta en 1857 y desde entonces a ella convergen todos los sordos del mundo con el fin de cursar estudios superiores. A ella también quieren acceder los sordos huilenses. Es el caso de Ronald Mauricio Quintero, profesor normalista que dicta clases en la Escuela Normal Superior de Neiva desde siete años consecutivos.
Ronald Mauricio nació en Neiva hace 29 años en medio de una familia de comerciantes. Su padre comercializa maíz y frijol desde hace décadas. Sólo su madre luchó por su educación. Se unió con otras madres de hijos sordos y deambularon de escuela en escuela intentando que los aceptaran en sus aulas. Ninguna institución quería asumir semejante responsabilidad. Pero ellas no se dieron por vencidas, lucharon, insistieron una y otra vez hasta que lograron que sus hijos fueran a la escuela y luego al colegio. Estaban convencidas que sus hijos no eran tontos, que eran tan capaces como cualquier hijo de persona oyente. La Escuela Normal Superior de Neiva les abrió por fin las puertas, se convirtió en la tabla de salvación. Ronald Mauricio, ahora convertido en docente de 20 niños sordos de quinto de primaria, ve en la Normal la posibilidad de educación que la mayoría de las instituciones les niegan.
Pero quiere ir más lejos. El próximo mes de diciembre se gradúa en la Universidad Santo Tomás en la carrera de Básica Primaria con énfasis en Matemáticas. Sueña, sin embargo, con ingresar a la Universidad de Gaullaudet, especializarse en educación y regresar al país a ayudar su gente, a los cientos de personas que no han logrado entrar al claustro universitario como él. Sabe que lo logrará. No sabe cómo, pero aspira que el gobierno o el sector privado le tiendan la mano. Este profesor sordo, como la Reina Departamental de Bambuco 2002, Bibiana García Quintero, son ejemplos de superación y de cómo los sordos nos dan y nos siguen dando lecciones de vida.
Cuando Bibiana quiso ser reina del bambuco muchos la respaldaron porque opinaban que era bonita, alegre e inteligente. El único inconveniente que se presentó fue su condición de sorda. Bibiana había nacido en Neiva en el seno de una familia de clase media. Tuvo una niñez como todos los niños hasta que poco a poco fue perdiendo el oído. Bibiana pronuncia algunas palabras cuando se comunica con los oyentes. Ella como pocos sordos recuerdan como sonaba la palabra "papá" o "mamá" o como se dice "muchas gracias". Este fue el primer puente de comunicación con los que la apoyaron para el bambuco pero sobre todo su excelente manejo de la Lengua de Señas que aprendió en la Escuela Normal y de la cual hoy día es egresada y profesora normalista.
Bibiana se sometió al jurado como representante de una fundación de sordos huilenses, hasta ascender fulminantemente a Reina Departamental del Bambuco. Sobre sus sienes se ciñó la corana ante el asombro de todos. Nadie comprendía cómo una sorda le había ganado a las que poseían el don del oído. Pero les ganó y su triunfo levantó polémicas. ¿No iba en detrimento de las tradiciones que una persona que no escuchara se llevara la corona? Tal vez por ello no clasificó como Reina Nacional del Bambuco. Pero más allá del fallo, las dudas sobre sus capacidades solo demostraban los prejuicios que tienen los huilenses frente a los sordos. Lo que no sabían entonces es que la reina escuchaba la música. Había un rumor de música en la sangre de esa muchacha que le hacía mover el cuerpo como ninguna otra mujer en el reinado del 2002. Acaso sucedía lo mismo que con Ludwing van Beethoven quien compuso la Novena Sinfonía en 1.823, la más popular en el mundo, cuando ya había perdido el oído. La música estaba por dentro de Ludwing van Beethoven como está por dentro de todos los sordos el mundo; esa misma música que nosotros, seres excluyentes, la percibimos por los oídos pero que los sordos la sienten, les entra a través de la piel y vibra, obtiene resonancias en todos los huesos.
Bibiana aceptó el falló y siguió sus estudios de secundaria con múltiples inconvenientes. En junio del presente año se graduó como profesora normalista al cursar y aprobar los ciclos complementarios en la Escuela Superior Normal de Neiva. Tiene un hijo que también es sordo y que de seguro tendrá que batallar como su madre para que se le reconozca como ser humano capaz y tenga acceso a la educación, al trabajo y salario justo. Por lo pronto Bibiana, como muchos sordos que han estudiado, está sin trabajo. Sus posibilidades laborales son reducidas. Bibiana es contratada esporádicamente como instructora de señas en la universidad.
La celebración en Neiva
En la capital del departamento, la Asociación de Sordos del Huila, Asorhuil, conformada por aproximada sesenta miembros, ha programado actividades culturales y una marcha por las principales calles de la ciudad. A la marcha se han unido los estudiantes y docentes de la Escuela Normal de Neiva. En primer lugar se sienten orgullos y contentos de que en el mundo se les reconozca. El 30 de septiembre es una fiesta para ellos pero también un día apropiado para reclamar sus derechos. Por además es ocasión para agradecer los cambios que se han venido operando desde las esferas estatales. En la actualidad, en el Huila, como pocos departamentos de Colombia, las instituciones educativas se están preparando para atender a los discapacitados, se realizan campañas para que los huilenses aprendan Lengua de Señas y se abran nuevos espacios de reflexión sobre el tema. Tan sólo hace unas semanas se realizó las instalaciones del Centro de Convenciones José Eustasio Rivera el II Seminario Internacional de la Integración a la Inclusión Educativa.
Frente la celebración que se avecina, Andrés Alberto León, presidente de la Asociación de Sordos del Huila, manifestó que se siente orgulloso de dirigir Asorhuil y liderar la marcha para demostrarle a la ciudadanía que son personas con sueños, ilusiones y voluntad de salir adelante. "Celebramos el Día Internacional de la persona sorda, hecho trascendental que nos orgullece. Sentimos gratitud por tener ese día que nos fortalece. Necesitamos respeto, oportunidades para demostrar nuestras capacidades. Nos creen insuficientes y eso perturba nuestra superación personal".
Falta mucho por avanzar, sobre todo, erradicar los prejuicios de la sociedad. Los huilenses deben entender lo que a gritos reclaman los sordos: ellos no son personas incapaces ni torpes. Ellos piden que se les ofrezca oportunidades laborales y educativas, que no se les estigmatice, que se les escuche con respeto y se les vea como seres humanos integrales, ciudadanos con todos los derechos y deberes.
http://www.lanacion.com.co / Jáder Rivera Monje
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