Introducción
Introducción
Algunas de las cosas más dificiles para el resto de las personas normo oyentes, es como comprende un niño sordo el mundo que le rodea, y quizás uno de los ejemplos más claros, que nos podrían permitir, poder comprender la realidad que vive alguien que no escucha, es poner la televisión sin sonido y tratar de hacer un esfuerzo de poder asimilar lo que está ocurriendo en ese programa.
El oído es sin lugar a dudas un sentido que nos da relación de distancia, comunicación y sociabilidad, pues este sentido nos permite estar informado de la realidad que nos circunda, es un sentido de sobrevivencia, y sin ninguna duda es el sentido de la alerta y el sentido de la comunicación.
Los sonidos de fondo o Ruidos ambientales
Estamos inmersos en un mundo en que chirrian las puertas y las ventanas, que alguien escucha música en algún lugar, de alguna forma es información que estamos recibiendo en forma inconsciente e ininterrumpidamente tanto despiertos como dormidos, no podemos negar o rechazar voluntariamente este estímulo sonoro ambiental.
La información auditiva nos permite controlar el medio que nos rodea, discriminando lo importante de lo trivial, aún en sueños.
Ejemplo: Si ocurre una emergencia en un edificio, y suena una alarma, la persona con un déficit auditivo no tendrá consciencia de que existe algún peligro eminente.
Esto obviamente, produce un grado de limitación con el medio, ya que las personas no se desenvuelven en conexión natural con su medio, se ve limitada su adaptación, el desarrollo de su personalidad, lenguaje y cultura.
La señal de presencia de una persona cerca estará supeditada a la captación de su campo visual y a la vibración que le permita percibir.
Señal de Alerta
Se refiere al anuncio de un acontecimiento relevante que implica una respuesta inmediata de nuestra parte. La audición es un sentido multidirreccional, nos informa acerca de hechos que no están directamente visibles en nuestro campo visual.
En la calle, un bocinazo nos informa que un vehículo se aproxima.
En la casa, alguien nos llama desde otra habitación.
En el colegio, los timbres o campanadas nos informa de un cambio de actividades.
Comunicación
En nuestra sociedad nos comunicamos fundamentalmente a través del lenguaje oral, y mínimanente por el lenguaje escrito, en nuestra vida cotidiana, esto nos permite integrarnos socialmente.
Es gracias al lenguaje, que nos es posible expresar : sentimientos, emociones y pensamientos.
Organiza la claridad de los pensamientos ordenándolos gramatical, sintácticamente y lógicamente lo que nos permite una mayor comprensión y expresión de conceptos con diferentes niveles de abstracción.
Formaliza y agrupa libertades y prohibiciones sociales que constituyen el código moral del individuo.
Por lo tanto, la falta de audición inhibe el desarrollo emocional - social del niño, viéndose limitado a la expresión de sus ideas y sentimientos y a la comprensión de su entorno.
Consecuencias de la pérdida de audición
Por todo lo anteriormente señalado se puede afirmar que la sordera es una disminuición única, no visible físicamente y se limita a una pequeña parte de la anatomía; sin embargo, sus implicaciones son insospechadas con respecto al desarrollo emocional, social y educacional del individuo.
El aislamiento que puede sufrir una persona por la incapacidad de establecer un contacto libre y normal con otros seres humanos, es una tremenda barrera para su total participación en la vida, lo que en muchos casos produce grandes frustraciones.
Estas consecuencias que detallamos a continuación no se presentan ímplicitamente en todos los casos, puede presentar algunas, todas o ninguna y/o en diferentes grados, esta guía podrá ayudarnos a detectar y comprender las causas de sus reacciones.
Incomunicación con el mundo exterior
Es inevitable que la sordera aísle e incomunica a la persona de la realidad en que está inmerso. Dos niños pequeños jugando, uno oyente y uno sordo, podría ocurrir que mientras jugaban con sus autitos, el oyente sintió un ruido de algo que se cae, lo más seguro es que el niño oyente, salga afuera de la habitación a curiosear lo que ocurrió afuera, el niño sordo sigue jugando pero no entiende porque su amigo salió de la habitación y es posible que se sienta abandonado.
Esta incomunicación lleva frecuentemente a acrecentar un sentimiento de soledad. Este sentimiento se resume en las palabras de Agustin Yanes "sentir la angustia de estar y no ser".
Todo esto lleva a tener más acentuado el deseo de comunicación social que toda persona posee. Es muy común, por ejemplo, que interrumpe las conversaciones para que se le indique de que se habla.
Problemas de Atención
La persona oyente, pese a estar absorto en una actividad determinada, está recibiendo, a través de la audición, información de los cambios que se producen a su alrededor (captación de fondo). La persona sorda no dispone de esta fuente de información, por esto interrumpe su actividad para controlar en forma visual el ambiente. Está pendiente de todos los estímulos que están a su alrededor, como una forma de estar en contacto con el medio. El niño sordo en clases, observa la misma conducta, y se le considera con problemas de atención, aunque como cualquier niño también los puede presentar, aunque no es lo más frecuente.
Limitación de la Experiencia
Todo niño se enriquece con lo que ocurre a su alrededor, a través del sonido, las voces, el diálogo, las conversaciones en familia, etc. Como la persona sorda se encuentra aislada en su entorno, presenta una mayor inmadurez de experiencias y cultura. Al carecer de audición no podra llegar a dominar la realidad como otro que oye.
Cierto Grado de Concretismo
El niño sordo es naturalmente observador, y le es muy díficil inferir de aquello que no es observable e implique un grado de abstracción, como el paso del tiempo. Algunos púberes con déficit auditivo, presentan un grado de inmadurez en relación a aceptar sus errores, su capacidad de analizar sus dificultades de interacción que son la base de su conducta familiar y social. Aunque esto no está implicito en todos sus procesos de abstracción, esto se relaciona sobre aquellos que se precisa una deducción de lo que no es observable.
Acentuada Afectividad
En general, el sordo presenta una acentuada afectividad, por su situación de dependencia, aislamiento, dificultad de comunicación y de relaciones sociales en que lo sitúa su falta de audición. Tiene mayor necesidad de amor, amistad, aprecio y consideración, una acentuada sensibilidad a los roces con el medio que lo rodea, es más vulnerable a las emociones, por lo que se afecta con mayor frecuencia e intensidad.
Un aspecto del sonido es su capacidad para provocar y transmitir emociones. Por medio del tono y volumen de la voz nos informamos y reconocemos el enojo y el afecto. Aprendemos que la falta de concordancia entre el tono y el contenido pueden significar sarcasmo o emociones encubiertas: el tono de la ira es diferente del que se usa para la ternura y el amor. La relación del sonido con las emociones es, sin duda, una parte importante del lazo que une al hijo con su madre. Esto es captado y aprendido desde los primeros meses de edad.
Desde el punto de vista del desarrollo emocional, la falta de audición interfiere las condiciones de proximidad, y la facultad de identificar los sentimientos claramente.
Mayor dependencia
Es en la comunicación donde queda de manifiesto su gran dependencia. El interlocutor deberá hablar más lento, situarse con la luz de frente, vocalizar bien, etc. Es por esto que dependerá de la voluntad y paciencia del que habla. Esto para algunos puede ser molesto, más aún si el que habla se dirige en un plano de superioridad.
Permanentemente la falta de comprensión del mensaje, le obliga a solicitar su repetición. En algunas ocasiones requerirá de intermediario cuando necesite hacer un llamado telefónico o atender un llamado, cuando los tonos del hablante le impiden captar en todo el sentido el mensaje.
Agresividad, Brusquedad
Se tiende a calificar al sordo como una persona agresiva, y en realidad esto es una de las tantas conductas que puede presentar el individuo, que se desarrollará en relación al mayor o menor grado de hostilidad y armonía que tenga en su entorno. En este caso, la agresividad no se refiere a agredir a otro físicamente, sino a la brusquedad en sus juegos y/o en su forma de contactarse con otras personas. La agresividad en el sordo se ve más acentuada por tener que encauzarla a través del gesto o expresión corporal, al faltarle la habilidad oral que tiene el oyente.
Su limitación en el plano de la comunicación lo llevará en múltiples situaciones, a no comprender y a no ser comprendido, produciéndole frustraciones. Por ello mostrará conductas de irritabilidad, alejamiento, agresividad. Se debe tener presente que está más expuesto a ser marginado, violado en sus derechos; por lo tanto, sometido a abusos, injusticias, burlas, etc.
Sentimiento de Inferioridad
Los aportes que entrega la audición, en especial el aspecto de comunicación oral, son valorados o sobrevalorados por la persona sorda que carece de este sentido; enfrentada al oyente, hace que desarrolle más facilmente un sentimiento de inferioridad, ya que es aquí donde se hace más evidente su dependencia para establecer una relación comunicativa. A esto, agreguemos que está expuesto, al igual que cualquiera de nosotros, a no tener una oportunidad de ser apreciado por otras habilidades que posea.
Otro aspecto que lleva a veces a desarrollar sentimientos de inferioridad, son los problemas derivados de la no captación de fondo y de la falta de señal de alerta, señaladas anteriormente.
Como he mencionado a lo largo de estas páginas la influencia del grupo familiar, fundamentalmente de los padres, en el desarrollo emocional social de un niño sordo. El tener un hijo con un déficit, cualquiera que sea, remece el grupo familiar en su estructura interna. Aceptarlo toma un tiempo de procesamiento, situación que varía de una familia a otra, de una persona a otra. Por ello es tan importante señalar la fortaleza, perseverancia que deben asentar los padres, pues ello facilitará o entorpecerá el desarrollo emocional-social del niño.
En el caso de un niño con déficit auditivo, derivada de la ansiedd que sienten los padres porque desarrolle el lenguaje oral, olvidando sus otras necesidades como niño. Quizás por ello es muy importante que ambos padres mantengan y apoyen su mutuo equilibrio emocional, porque su hijo los necesita a ambos para ir concretizando y aposentando su relación social y equilibrio emocional.
Finalmente, es importante recalcar que el sordo puede tener un comportamiento psicológico totalmente normal o tan normal como el oyente; en el mismo grado en que el oyente tiene patologías psicológicas, el sordo también las puede tener.
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