miércoles, 26 de diciembre de 2012
¿Cómo detectar si su hijo tiene un problema auditivo?
El mejor método para detectar una pérdida auditiva lo antes posible es someter a los recién nacidos a los programas de screening neonatales. Si la madre pasó por algún proceso viral como varicela o rubéola durante el embarazo, también es fundamental que el bebé sea revisado para descartar daños del sistema auditivo, o para someterlos al tratamiento adecuado.
En los primeros años de vida, la audición es un aspecto fundamental para el desarrollo del habla y el lenguaje. Por esta razón, es fundamental controlar y detectar los problemas de audición lo antes posible y evitar un problema auditivo que podría interferir en el desarrollo social, emocional y cognitivo de su hijo.
Según Alicia Fernández Zubizarreta, fonoaudióloga y directora técnica de Widex Argentina, "la evaluación de la audición puede hacerse desde la primera semana después del nacimiento ya que se utilizan equipos especiales completamente automáticos que permiten conocer la audición del bebé sin que el mismo deba responder".
"Los estudios de evaluación de la audición no provocan ningún tipo de molestia al bebé o al niño pequeño, quien simplemente tiene que estar quieto en los brazos de su mamá para oír unos sonidos durante los minutos que dura la evaluación", precisó.
La disminución de la capacidad auditiva en los más pequeños puede deberse a malformaciones congénitas en sus oídos, a exposiciones continuas a sonidos excesivamente fuertes o a una exposición breve a sonidos de impacto repentino. En los niños, también es bastante común que se desarrolle un problema auditivo a causa de infecciones en los oídos que no fueron tratadas debidamente.
En general, resulta difícil detectar el problema ya que los niños con pérdidas auditivas aprenden a compensar su falta de audición siendo más sensibles a otros tipos de señales informativas a su alrededor, como por ejemplo, los cambios de luz al abrir o cerrar una puerta, las vibraciones del suelo y los movimientos del aire.
Además, la pérdida de audición suele pasar inadvertida en los primeros meses de vida ya que es asintomática en una fase inicial, previa al lenguaje, y puede tener secuelas graves si se diagnostica tarde, como la sordomudez y el retraso psicomotor, lo que puede acarrear problemas de comprensión y alterar a largo plazo su integración social.
Un niño que tiene una pérdida auditiva congénita tiene un riesgo mayor de experimentar un retraso en el desarrollo del habla y del lenguaje que un niño que sufre una pérdida auditiva después de haber desarrollado su habilidad de hablar. Por esta razón, es importante diagnosticar y compensar las pérdidas auditivas lo más temprano posible.
El mejor método para detectar una pérdida auditiva lo antes posible es someter a los recién nacidos a los programas de screening neonatales. Si la madre pasó por algún proceso viral como varicela o rubéola durante el embarazo, también es fundamental que el bebé sea revisado para descartar daños del sistema auditivo, o para someterlos al tratamiento adecuado.
Sólo se pueden tratar ciertos tipos de pérdidas auditivas con medicina o con operación, mientras que el resto se puede compensar con el uso de audífonos.
"Si su hijo tiene un problema de audición, usar un audífono en forma temprana puede ayudarlo a desarrollar una habilidad del habla y del lenguaje similar a la de los niños con una audición normal, evitando de este modo los trastornos que un problema auditivo produce", completa la licenciada Fernández Zubizarreta.
Cómo reconocer si el niño puede tener una pérdida auditiva
Si presenta algunos de los siguientes síntomas, es conveniente consultar a un especialista:
---) No se sobresalta por sonidos fuertes.
---) No puede localizar las fuentes de sonidos, por ejemplo, girando la cabeza hacia la persona que habla.
---) Se sienta más cerca del televisor para poder escuchar o no responde cuando se le llama.
---) Se toca o tira de uno o de los dos oídos con frecuencia. Si esto es así, esto puede indicar presión o una infección en el oído.
---) No responde a su nombre a la edad de aproximada de 6 meses.
---) Los balbuceos no pasan a ser sonidos del habla reconocibles y no emite palabras durante el segundo año de vida.
---) Malentiende con frecuencia las instrucciones orales.
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