lunes, 21 de noviembre de 2011

Deportes acuáticos elevan riesgo de problemas a los oidos


Experto alerta sobre un aumento del llamado oído de surfista, que provoca desde infecciones hasta sordera por contacto con agua fría.


El mejoramiento del material del que están hechos los trajes de deportes acuáticos como el surf, buceo deportivo, windsurf o bodyboard, ha permitido que los cultores extiendan la temporada de práctica de estas disciplinas, incluso a los meses invernales.

El neopreno con el que están fabricados logra aislar el cuerpo del agua fría del mar. Incluso, hay algunos con tecnología que atrapan una fina capa de agua entre el traje y la piel, para que el cuerpo entibie ese líquido y el deportista pueda permanecer más tiempo expuesto al mar y al viento.

Sin embargo, por mucho que proteja el cuerpo y la cabeza del deportista, el traje puede hacer poco por sus oídos, que sufren la crudeza de las bajas temperaturas marinas y el viento, que enfrían aún más el agua que logró entrar a los oídos.

El agua provoca un cuadro conocido como oído de surfista, que genera desde infecciones hasta sordera, fenómeno que se ha incrementado en el último tiempo en el país, como confirma el otorrinolaringólogo de la Clínica Alemana, Gonzalo Bonilla, quien reconoce un aumento en las personas con este problema que llegan hasta su consulta.

Daño acumulativo

El conducto auditivo, desde la oreja al interior, está compuesto por cartílago y piel en su primer tercio externo, y de hueso y una delgada capa de piel en los dos tercios restantes. Es esta última zona la que se ve afectada por la exposición al agua. "El hueso, como reacción al agua fría, crece y prolifera, engrosando las paredes del canal auditivo, que disminuye su diámetro", explica Bonilla. Esta disminución puede provocar que el conducto se cierre mucho, incluso a la mitad, generando un problema que, en muchos casos, los pacientes ni siquiera perciben.

Los primeros síntomas pueden demorar hasta 10 años en aparecer. "Sólo cuando se ha cerrado casi por completo ellos sienten que se les tapa el oído o que el agua que se introdujo demora mucho en salir", dice el doctor Bonilla.

Todo esto lleva a que se produzcan otitis externas e infecciones constantes, que obligan a usar antiinflamatorios y antibióticos para tratarlas.

Bonilla explica que cuando la situación se vuelve crítica, al punto que ni siquiera se alcanza a ver el tímpano, afectando incluso la audición, la única solución es la cirugía. Fue lo que le pasó a Christophe Querry, quien ha pasado buena parte de sus 40 años en el agua.

Partió haciendo natación cuando era un niño y ahora pasa la mayoría de los fines de semana en la playa Matanzas, Sexta Región, para practicar kitesurf (en que el deportista impulsa la tabla de con un paracaídas). Es uno de los pacientes que ha necesitado poner atajo a esta condición con una cirugía.

Hace años que sabía que sus oídos no andaban bien. Pero no fue hasta que se quedó con el oído izquierdo tapado durante dos días que se dio cuenta de la gravedad de su cuadro. "Iba al doctor sólo para que me diera el antibiótico y solucionar lo de la infección, pero me tuve que operar", cuenta.

La cirugía elimina el aumento óseo en el conducto auditivo. Bonilla explica que se debe tener especial cuidado con la piel que recubre la zona, porque con ésta se volverá a tapar. "Levantamos esa piel y con pequeños cinceles vamos eliminando el excedente de hueso, con la precaución de no dañar las estructuras que están cerca", dice Bonilla.

Una cirugía de este tipo puede durar entre una y tres horas y, por lo general, se opera primero un oído y después de un par de meses, el otro.

Prevención

Los amantes de los deportes acuáticos también pueden hacer algo por prevenir estas molestias. Una ayuda son los tapones, que si bien no los aíslan absolutamente del agua fría, hace que pase menos cantidad al canal auditivo y que la poca que logra penetrar se mantenga tibia en su interior.

Querry está satisfecho con su operación. Aunque no pudo meterse al agua en cuatro meses, continúa con sus prácticas. "Sé que antes de cinco años tendré que operarme el oído derecho. Ahora ocupo unos tapones especiales que espero me ayuden a aplazar la cirugía", dice.



http://diario.latercera.com

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