sábado, 8 de septiembre de 2012

LA POLICÍA DE PHILADELPHIA LOGRA RESCATAR A UN HOMBRE SORDO QUE LLEVABA MESES SECUESTRADO.

William Richardson, sordo de 63 años, fue secuestrado y encerrado en un sótano durante meses mientras su captor aprovechaba para cobrar su pensión de forma fraudulenta. Al ser rescatado, Richardson contó a la policía que tenía hambre y que había sido golpeado y amenazado durante cuatro meses en un sótano oscuro. El sospechoso de secuestro es Dwayne Young, que ahora se encuentra detenido bajo una fianza de 1 millón de dólares, acusado de secuestro, asalto con agravantes, falsificación y otros delitos. La policía logró una orden de registro y pudo entrar en casa de Young en busca William Richardson, que finalmente fue rescatado el domingo, mientras que Young estaba fuera. Más tarde ese mismo día, Young, de 56 años, se presentó voluntariamente a una comisaría local después de enterarse de que la policía había descubierto su plan. Le arrestaron allí mismo. Richardson fue llevado a un centro médico, en donde se le dio de beber y comer, porque tal y como contó a través de un intérprete, tenía dolores estomacales causados por el hambre. La policía ya había estado en la casa de Young poco después de la denuncia de desaparición de Richardson, cuando le dieron por perdido en abril. Amigos y familiares de Richardson informaron a la policía de que tenían sospechas sobre Young. Pero como cuenta el jefe de policía, el registro de la casa de Young fue en vano. No se sabe dónde escondió a Richardson cuando la policía efectuó el registro. Young está citado en los tribunales el próximo 18 de septiembre para una audiencia preliminar. El abogado que representa a Young no quiere hacer declaraciones, pero ha trascendido que el sospechoso tiene antecedentes de arresto con cargos de maltrato y robo, y consumo de drogas. La policía sospecha que Young ideó el plan después de enterarse de un caso similar ocurrido en noviembre, cuando fue arrestado otro hombre en Philadelphia que había encerrado a cuatro adultos con problemas mentales en su cuarto de calderas del sótano, para poder cobrar sus pensiones. Las víctimas demacradas y con cicatrices habían sido trasladadas por sus captores desde Philadelphia a Texas, Florida y Virginia durante años. Fuente: The Huffington Post

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