lunes, 3 de octubre de 2011

La presidenta de Asorte asegura que aún no se ha logrado la inclusión social

La integración social de las personas sordas "no está lograda completamente". Así lo manifiesta Eva Atanes, presidenta de la Asociación de Personas Sordas de Tenerife (Asorte). Afirma que las personas que tienen su misma discapacidad tienen diferentes problemas, principalmente relacionados con la comunicación. Explica que muchas veces hay malentendidos y que, por ello, en determinadas ocasiones se ven obligados a ir con un amigo oyente que interprete sus palabras.


Declara que la gente piensa que las personas sordas son disminuidos. "Realmente no están integrados en la sociedad, por ejemplo, en turismo o museos no existen guías para interpretación de personas sordas", pero considera que poco a poco se avanzará en el proceso, "aunque aún falta mucho tiempo, como en el caso de los colegios", precisó.

Señala que en las escuelas especiales tampoco existe la integración que debería. "Para ocho alumnos solo existe un intérprete, por lo tanto, no se cubre todo el horario lectivo, y eso hace que no haya igualdad. Atanes quiere dejar claro que, si no se cubren esas carencias, las capacidades se ven mermadas. "Eso es lo que a mí realmente me preocupa, porque ahora es bastante difícil conseguir".
La presidenta destaca que es una lucha continua a la que le hace falta más tiempo, pero Asorte "continúa en la búsqueda de la integración social".

Para aportar un granito de arena, la asociación realiza cada año cursos de lengua de signos organizados en tres niveles diferentes, que tienen como objetivo eliminar las barreras que impiden que entre las personas sordas y los oyentes exista una comunicación plena.


La presidenta asegura que la gente piensa que la lengua de signos "no es un idioma". Agrega que "también existe la idea equivocada de que, una vez que lo aprendes, no se necesita hacer nada más, y no es así".
Para explicar su punto de vista, pone un simple ejemplo: "Si a una tienda llega una persona sorda a comprar, la dependienta, si sabe lengua de signos, podrá comunicarse sin problemas con el cliente y saber lo que busca".

Lo que Asorte desea, según Atanes, es que la sociedad vea los beneficios de ese aprendizaje, que permite la comunicación entre ambas partes, además de lograr con ello la integración, aunque no plena, "porque aún hay problemas para encontrar trabajo", concluye.

http://www.laopinion.es

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