miércoles, 27 de abril de 2011

La privación auditiva temporal puede dar lugar a “oídos vagos”


Se ha constatado científicamente que tener una experiencia visual mermada durante la infancia puede causar “ojos vagos”. Del mismo modo, un estudio norteamericano indica que la privación auditiva temporal a una edad temprana también puede dar lugar a “oídos vagos”.

Los científicos han profundizado en las razones por las cuales una privación auditiva relativamente corta durante la infancia puede desencadenar deficiencias auditivas constantes mucho tiempo después de haber recuperado la audición. El estudio muestra que la corteza cerebral auditiva es muy vulnerable si no recibe la estimulación adecuada en el momento oportuno.

Esta vulnerabilidad ya había sido demostrada científicamente, los científicos afirman que tener experiencias sensoriales mermadas durante periodos críticos del desarrollo infantil puede tener efectos nocivos en el cerebro y su comportamiento. El fenómeno llamado ambliopía, también conocido como “ojo vago”, puede presentarse cuando los ojos no transmiten de forma equilibrada las señales visuales al cerebro durante el periodo crítico de desarrollo de la corteza visual.

Los fluidos viscosos deterioran la capacidad auditiva

“Un problema análogo puede suceder en el terreno auditivo, los niños experimentan habitualmente una acumulación de fluido viscoso en la cavidad del oído medio, lo que se denomina otitis medida supurativa, esto puede deteriorar la calidad de las señales acústicas que llegan al cerebro y se asocia a una pérdida de agudeza de la percepción auditiva de larga duración”, explica uno de los investigadores, el Dr. Daniel Polley del hospital de otorrinolaringología de Massachussets.

El equipo de investigadores observó que la pérdida de audición temporal en un oído distorsionaba los patrones auditivos del cerebro, debilitaba la representación del oído impedido y fortalecía la representación del oído bueno.

Terapia de recuperación

“La buena noticia sobre el fenómeno de la ambliacusia es que es improbable que se convierta en un problema permanente para la mayoría de las personas”, explica el Dr. Polley y añade:

“Aunque las señales acústicas no hayan sido las adecuadas durante el periodo crítico, la corteza auditiva madura sigue presentando un notable grado de plasticidad. Ahora nos disponemos estudiar si la terapia de la percepción auditiva puede ser un método apropiado para acelerar la recuperación en personas con deficiencias de procesamiento auditivo sin resolver, derivados de la pérdida de audición infantil”.

Fuente: “Cell press”, 11 de marzo, Neuron. Obtenido en www.eurekalert.org

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