domingo, 25 de noviembre de 2012

El ruido de fondo afecta a las personas con pérdida de audición

Los oídos de las personas que padecen pérdida de audición funcionan de forma distinta cuando existe ruido de fondo, en comparación con los de las personas con audición normal. El ruido de fondo hace que los oídos de las personas con discapacidad auditiva funcionen de forma distinta, según indica una investigación estadounidense. “Cuando se está inmerso en un entorno ruidoso, las neuronas del oído interno deben trabajar más porque se expanden demasiado”, explica Kenneth S. Henry, investigador postdoctoral del departamento de ciencias del habla, lenguaje y audición de la Universidad de Purdue. “Sería como si encendiésemos una docena de televisores al mismo tiempo e intentáramos fijarnos en un solo programa. El resultado será difuso porque las neuronas se distraen con tanta información”. “El estudio confirma que no existen cambios sustanciales, aunque se tenga una pérdida de audición, en cuanto al modo en el que las neuronas procesan los sonidos en entornos silenciosos, sin embargo, si se añade ruido, observamos que el proceso de codificación de la estructura temporal se deteriora”, comenta Henry. Mientras que en investigaciones anteriores los experimentos se realizaron en entornos silenciosos, en este estudio se midieron una serie de marcadores fisiológicos en chinchillas tanto en ambientes silenciosos como con ruido. Algunas de las chinchillas del estudio tenían una audición normal mientras que otras tenían una pérdida de audición coclear. Se emplearon este tipo de roedores porque tienen un registro auditivo similar al del ser humano, y el ruido de fondo generado simulaba lo que las personas pueden oír en una habitación atestada de gente. Cambios en respuesta al sonido “En estudios previos acerca de cómo el oído interno procesa el sonido, no se descubrió la relación entre la discapacidad auditiva y el deterioro temporal del proceso de codificación de las fibras nerviosas auditivas, que trasmiten el mensaje del oído interno al cerebro”, explica Michael G. Heinz, profesor asociado en la Universidad de Purdue. “La diferencia es que estos estudios se realizaron en entornos silenciosos, pero cuando se llevan a cabo las mismas pruebas en ambientes ruidosos, existe una diferencia física en la forma en la que las fibras nerviosas auditivas responden al sonido”. En el proceso auditivo, el oído interno filtra los sonidos hacia una serie de conductos que los van sintonizando en distintas frecuencias, y estos conductos varían en base a la frecuencia sintonizada. En un sistema auditivo sano, estos conductos son puntiagudos y concéntricos, pero cuando existe una discapacidad auditiva se ensanchan y se encuentran más dispersos. “Ahora sabemos que uno de los efectos fisiológicos de la pérdida de audición es que las fibras nerviosas auditivas se distraen precisamente cuando hay ruido de fondo”, añade Heinz. Los resultados se publicaron en la revista Nature Neuroscience. Fuentes: www.purdue.edu y www.upi.com

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