lunes, 21 de febrero de 2011

un nuevo avance medico ......... una nueva opcion



EL MÉTODO MÁS EFECTIVO PARA RECUPERAR LA AUDICIÓN PERDIDA ES UNA INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA LLAMADA ESTAPEDECTOMÍA

Lunes 21 de Febrero de 2011 10:14

La audición no es un proceso sencillo. El viaje es largo y son varias las 'estaciones' por las que el sonido ha de pasar hasta llegar a su destino. Todo comienza en el oído externo (oreja) que recoge los sonidos y que, como si de un embudo se tratara, envía las ondas sonoras al oído medio valiéndose del conducto auditivo. La principal misión del oído medio consiste en transformar las ondas sonoras en vibraciones y transmitirlas al oído interno. Para poder hacerlo se vale del tímpano, una lámina de piel fina fuertemente tensada que se asemeja a un tambor, que divide el oído medio del externo y está pegado a la cadena de huesecillos a la que dan forma los tres huesos más pequeños y delicados de todo el cuerpo: martillo, yunque y estribo.
Cuando las ondas sonoras llegan al tímpano hacen que éste vibre y mueva la cadena de huesecillos. Al vibrar, estos pequeños huesos ayudan al sonido a recorrer el camino que le separa del oído interno. Las vibraciones llegan a lo que se parece a una concha de caracol, la cóclea, un tubito que se enrolla sobre sí mismo en forma de espiral y que pertenece al oído interno. Está llena de un líquido que se mueve como si fuera una ola cuando la cadena de huesecillos vibra y de unas células diminutas que están cubiertas de unos pelillos tan pequeños que necesitaríamos un microscopio para poder verlos. Pero su importancia es enorme, ya que cuando el sonido llega a la cóclea, las vibraciones hacen que estos pelillos se muevan, generando señales nerviosas que el cerebro interpreta como sonido.
El último en entrar en escena es el nervio auditivo, encargado de llevar el mensaje al cerebro.
Un contratiempo en cualquiera de estos pasos pone a la audición entre las cuerdas y, cuando la alteración se produce en el estribo, puede dar lugar a la otoesclerosis, una deficiencia auditiva causada por la formación de depósitos anormales en el oído que a menudo fijan o anquilosan la platina del estribo, limitando o impidiendo la transmisión sonora a través de la cadena de huesecillos. Y es que el oído necesita que el estribo, curiosamente el hueso más pequeño del cuerpo, se mueva libremente para poder hacer bien su trabajo.
El porqué de su aparición no está del todo claro pero lo que sí se ha comprobado es que las personas que tienen antecedentes familiares de otoesclerosis son más propensas a acabar padeciendo este trastorno. Aproximadamente el 60 por ciento de los casos son de origen genético. En general, una persona que tiene uno de sus padres con otoesclerosis tiene un 25 por ciento de posibilidades de desarrollar esta alteración y si los dos padres están afectados el riesgo aumenta hasta el 50 por ciento.
Esta enfermedad puede desarrollarse tanto en hombres como en mujeres, pero es particularmente problemática en mujeres embarazadas quienes, por razones desconocidas, tienen una rápida disminución de su capacidad auditiva.
¿Cuáles son sus síntomas?
Su síntoma más destacado es la pérdida lenta y progresiva de audición. Con frecuencia, quien lo padece empieza a notar que no puede oír susurros o sonidos muy bajos, pero puede que haya que esperar muchos años para que la pérdida auditiva se haga evidente.
En ocasiones, a la pérdida de audición se suman los llamados acúfenos, es decir, la percepción de un sonido sin que exista ninguna fuente sonora externa que lo origine. Se trata de un sonido 'subjetivo' que sólo oye la persona que padece este problema pero no las que le rodean, y que puede asemejarse por ejemplo al sonido que genera el murmullo del mar, un chorro de vapor, un grillo o un timbre.
Ante cualquiera de estos síntomas es necesario acudir al otorrinolaringólogo. Confirmado el diagnóstico, será necesario realizar un examen de audición para conocer la cuantía de la pérdida auditiva y barajar las distintas opciones de tratamiento posibles.
Si la pérdida auditiva es leve es posible que el otorrino considere que no es necesario instaurar un tratamiento en ese momento o puede que establezca un tratamiento basado en revisiones continuas y en la colocación de un audífono con el que, sin riesgo alguno, amplificar los sonidos, pero que no curará la otoesclerosis ni impedirá que empeore.
El especialista también puede prescribir fluoruro de sodio, puesto que al parecer retrasa la progresión de la enfermedad, aunque sus supuestos beneficios aún no han sido confirmados. Pero sin duda, en la mayoría de los casos el método más efectivo para recuperar y mejorar la audición es una intervención quirúrgica llamada estapedectomía. Sea cual sea la opción escogida, hay que tener siempre presente que, sin tratamiento, la enfermedad seguirá avanzando.
Cirugía
La estapedectomía es una intervención quirúrgica con la que se pretende corregir el defecto de audición creado por la otoesclerosis. Para ello, se sustituye el estribo inmovilizado o parte del mismo por una prótesis con la que la cadena de huesecillos recupera el movimiento y el viaje del sonido a través del oído puede seguir su curso. Esta pequeña prótesis posee la movilidad necesaria para transmitir de nuevo el sonido, recuperando así la audición. Cuando simplemente se realiza un orificio en la platina del estribo para colocar la prótesis la operación se conoce como estapedotomía.
El objetivo marcado por la estapedectomía es exclusivamente recuperar la audición y no asegura ni la desaparición de los acúfenos ni de los mareos que pueden acompañarla, aunque puede ocurrir que no vuelvan a manifestarse tras la intervención. El éxito está casi garantizado pues en la mayoría de ocasiones se puede recuperar toda la audición perdida.
La operación se realiza a través del conducto auditivo externo, sin necesidad de hacer incisiones externas visibles, salvo en conductos estrechos, con la ayuda de un microscopio quirúrgico y bajo anestesia local o general. Aunque normalmente la otoesclerosis afecta a los dos oídos no se operan a la vez y primero se interviene el que peor audición presenta.
La estancia en el hospital tras la operación varía generalmente entre las 24 horas y los seis días, en función de cómo evolucionen los mareos que con frecuencia la operación trae consigo y cuya duración varían mucho de una persona a otra. Estos mareos pueden prolongarse más allá de lo normal e incluso convertirse en una secuela, al igual que los acúfenos, que pueden ser intensos.
¿QUÉ ES UNA DEFICIENCIA AUDITIVA?
La importancia de la audición es inmensa. No en vano, es la vía principal a través de la que se desarrollan el lenguaje y el habla. Como muestra basta decir que cualquier trastorno en la percepción auditiva del niño a edades tempranas va a trastocar su desarrollo lingüístico y comunicativo y sus procesos cognitivos. Y con el paso del tiempo, su integración escolar, social y laboral se verá comprometida por ello.
Una pérdida o anormalidad de una función anatómica y/o fisiológica del sistema auditivo son responsables de la deficiencia auditiva y la consecuencia, una discapacidad para oír, no se hace esperar. La persona que lo padece puede que sea capaz de oír algunos oídos o que no oiga nada en absoluto.
La causa de la aparición de las deficiencias auditivas puede ser tanto genética como adquirida (enfermedades de la madre durante el embarazo, prematuridad e infecciones postnatales, entre otras). Al menos la mitad de los casos responden a causas genéticas. Cuanto más y mejor se conocen las deficiencias auditivas, más importancia tienen estas causas y menos las adquiridas, pues estas últimas se pueden prevenir.
Dependiendo del momento de aparición, del tipo y el grado de la misma, así serán las consecuencias sobre el desarrollo comunicativo y lingüístico, las cuales condicionarán la orientación y el tratamiento más adecuado en cada caso.
FUENTES: Confederación Española de Familias y Personas Sordas, Fundación Nemours y Discapnet.
FUENTES: Unidad de Sordera y Vértigo del Sanatorio Ntra. Sra. del Rosario (Madrid), Clínica Doctores Beltrán (Madrid), Academia Americana de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabella y Cuello y Asociación Británica de Otorrinolaringólogos.

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