martes, 8 de febrero de 2011
El ruido y sus consecuencias
El ruido y sus consecuencias
La afición a la música a todo volumen incrementa el riesgo de padecer sordera prematura, lo cual unido al creciente abuso de los audífonos conectados a equipos de audio portátiles, eleva cada día el número de pacientes en tratamiento por este padecimiento.
Los jóvenes son los mayores afectados, pues los conocidos reproductores de mp3 son ampliamente populares entre los de menos edad, y según especialistas muchos de ellos pueden alcanzar picos de sonido de hasta 115 decibelios, medida que debido al uso continuado puede causar sordera y no aparece registrada en las instrucciones.
Reportes conjuntos de la Fundación Británica de Investigación de la Sordera y la Asociación Americana de Audiología, demostraron que la mitad de los alumnos de secundaria examinados presenta algún trastorno auditivo y corren el riesgo de quedar sordos.
Estudios señalan que el oído humano empieza a sufrir a partir de los 80 decibelios, nivel en el cual se tiende a bajar la música, y hasta los 120 hay un umbral de seguridad.
El ruido generado en el ambiente, ya sea por la conocida contaminación sonora o por diversas fuentes, puede llegar a generar diferentes clases de trastornos en las personas expuestas a él continuamente.
Típico síntoma de las grandes ciudades, este problema tiene consecuencias mucho más graves que las imaginadas
Según los expertos del sitio digital Ruidos.org, puede llegar a provocar malestar, estrés, trastornos psicofísicos, del sueño, afecciones cardiovasculares, baja productividad, pérdida de atención, retraso escolar, dificultad de comunicación y convivencia, conductas agresivas, además de ocasionar pérdidas de valor de los inmuebles.
Para la salud, los efectos están catalogados en tres tipos de reacciones: fisicopatológicas, psicológicas y lesivas.
Entre las primeras se incluyen aquellas que afectan físicamente al organismo en sus funciones cuando los decibeles ascienden a más de 60, como son la aceleración de la respiración y el pulso, el aumento de la presión arterial, la aparición de gastritis o colitis, problemas neuromusculares, los cuales provocan dolor y falta de coordinación, disminución de la visión nocturna, aumento de la fatiga y dificultad para dormir.
Con respecto a los cambios psicológicos, se observa que ante el sonido excesivo y constante, disminuye la concentración, la efectividad y la productividad, aumenta la frecuencia de accidentes de trabajo, la irritabilidad y los estados histéricos y neuróticos.
Inicialmente los daños pueden recuperarse en alrededor de 10 días, pero con una exposición más prolongada, las lesiones son irreparables y la sordera se va desarrollando de forma crónica y permanente.
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