miércoles, 2 de enero de 2013
Una lengua que rompe barreras
Ir al médico o arreglar los papeles en el Ayuntamiento son algunas de las rutinas cotidianas para las que este colectivo precisa de un intérprete, debido a la utilización de un lenguaje mucho más técnico. Las ayudas, en estos últimos años, se han ido recortando a las distintas asociaciones de toda Andalucía
Juanjo Zayas La integración de las personas con discapacidades auditivas cada día se ve facilitada gracias a las nuevas tecnologías y las distintas campañas de sensibilización. Aun así, todavía permanecen muchas barreras, ya sean sociales o por falta de apoyo de las instituciones públicas hacia las personas sordas que precisan de los intérpretes para realizar ciertos trámites; como puede ser las consultas médicas o realizar cualquier tipo de gestión administrativa en un organismo.
Este es el trabajo de la Asociación de Sordos de la Axarquía, (ASAX) que se localiza en Vélez Málaga y que lleva más de diez años trabajando por la integración y la accesibilidad de las personas que cuenta con este tipo de discapacidad. De hecho, actualmente está conformada por cerca de 40 socios de distintos puntos de la comarca.
«Hay muchas más personas sordas en la zona, que tendrían muchas más facilidades si se asociaran», comenta Susana García, que actualmente es tesorera y también ha ocupado la presidencia del colectivo. Se estima que en toda la Axarquía viven alrededor de 500 personas con problemas auditivos y en la provincia, 7.000.
Precisamente, su caso es todo un ejemplo de integración laboral, ya que ha trabajado como profesora de lengua de signos así como pinche de cocina en el hospital comarcal de Vélez Málaga. Asimismo, en este último «trabajaba a base de leer los labios, a través de la lectura o la mímica, y luego también a los compañeros los conoces y la comunicación se hace más fácil». Resalta que las subvenciones por parte de la administración se han resentido bastante en los últimos años.
«El servicio de intérpretes ha cambiado mucho con la crisis ya que cada vez se hacen menos contratos, pero nosotros seguiremos peleando por contar con este servicio». Actualmente la asociación cuenta con dos intérpretes, aunque el contrato de uno de ellos cumple a finales de mes. Y es que la deuda de la Junta a las asociaciones también afecta a las de sordos de todo el territorio andaluz, la cual se cifra en torno a los tres millones.
Rosa María García, que reside en Torre del Mar, estudia la Educación Secundaria para adultos. «Ahora mismo el problema es que llevo tres meses sin intérprete de lengua de signos en las clases, y espero que se puede solucionar en enero. Ahora mismo no puedo estudiar, porque no entiendo lo que el profesor explica». El retraso viene motivado, según García, porque desde la Delegación de Educación aún no se le ha asignado dicho experto desde que formalizó la matrícula, y que después ratifica la Federación Andaluza de Asociaciones de Personas Sordas (FAAS).
Precisamente el servicio de intérprete que presta la asociación es clave para realizar cualquier trámite en el Ayuntamiento «ya que es un lenguaje mucho más técnico, y por lo tanto hace falta que haya una persona que me pueda traducir a la lengua de signos».
Para Vanessa Alarcón también es importante para su educación en el módulo de auxiliar de Enfermería que actualmente estudia en Málaga, contando con un intérprete para poder dar sus clases «y ya después me plantearé si sigo con mis estudios en la Universidad», comentaba.
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