lunes, 7 de enero de 2013

Oyentes en un mundo de sordos

SI buscamos la diferencia entre oír y escuchar encontraremos entre otras cuestiones que oír es percibir las vibraciones del sonido a través de nuestro sentido auditivo, lo cual, es totalmente pasivo. Por otra parte escuchar es la capacidad de captar, atender, e interpretar la totalidad del mensaje del interlocutor a través de la comunicación verbal, el tono de la voz y el lenguaje corporal. Escuchar es, deducir, comprender y dar sentido a lo que se oye, es decir, una acción, escuchar es activo. Dicho esto, todo el que me conoce sabe que soy sorda, por lo que pasé parte de mi vida encerrada en mi pequeño silencio sin querer salir por falta de seguridad, pero la vida al final me enseñó la ley de la selección natural: sobreviven los que mejor se adaptan, y me adapté o medio adapté. El pasar por este periodo de inseguridad, conocimiento, afirmación de mi inseguridad, aceptación, adaptación y superación me hace ser una persona reflexiva. De tantas reflexiones en mi día a día me encuentro con que desde que tengo uso de razón he deseado oír, y hoy que soy parte activa en el mundo de oyentes me pregunto, ¿soy muda?, ¡no puede ser!, ¡después de todo este esfuerzo de adaptación ahora resulta que soy muda!, hablo correctamente castellano, intento siempre ser lo más clara posible dentro de los límites de la cortesía y la educación, entonces lo descarto y me pregunto ¿es que estamos en un mundo de sordos? y yo, tanto tiempo sintiéndome fuera de lugar. Todo esto me lleva a la conclusión de que oímos porque no tenemos más remedio, ya que es una acción puramente física pero no escuchamos, ¿qué pasa?. En estos tiempos tan difíciles en los que en un minuto de nuestro día a día pasan cientos de cosas, en que todos tenemos la mente ocupada con preocupaciones y problemas, permítanme esta reflexión: Un minuto, parémonos un minuto y escuchemos a nuestra pareja, a nuestra familia, escuchemos en nuestras ocupaciones diarias y obligaciones laborales. ¿Es consciente de lo feliz que es alguien cuando se le escucha? La sonrisa de un niño cuando entendemos lo que nos pide, la paz de un mayor cuando le dedicamos un minuto y escuchamos sus relatos, ¿tiene idea de la cantidad de problemas que resolveríamos tan sólo escuchando?, los malos entendidos que nos ahorraríamos en nuestra pareja, con nuestros amigos y familiares si los escucháramos un minuto, los errores que evitaríamos en nuestro trabajo y la satisfacción que nos reportaría el trabajo bien hecho si escucháramos lo que se nos pide. ¿Saben las frustraciones que se eliminarían de la vida de muchos ciudadanos si aquellos que se dedican a prestarles un servicio les escucharan durante un minuto? El conocimiento está en parte en todos, nadie posee todo el conocimiento, cada uno de nosotros tiene una parte de la verdad, no existe la verdad absoluta, cada individuo posee la riqueza de muchos puntos de vistas y maneras de resolver la situaciones a través de su experiencia y el intercambio de éstas realizado a lo largo de su vida, por favor, seamos lo suficientemente humildes para aprender de todos y no seamos oyentes en un mundo de sordos. http://www.diariodecadiz.es/ lucía González

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