Estábamos mi madre, mi hermana y yo en el cuarto de la primera, mirando los dibujos animados en la tele. Estaban dando en aquel momento un capítulo de los Looney Tunes (o algo por el estilo), donde salía un zorro sonámbulo vestido al estilo de un famoso buen ladrón. Tiré de la manga de mi madre para preguntarle por qué estaba vestido así, y me explicó que se trataba de Robin "Hood" (pronunciándolo tal como se lee en castellano Robin “od” ).
-¿Cómo?
-Es Robin "Hood".
-¿Eh?
Robin HOOD. ¡Se llama Robin HOOOOOOOOOOOOOOD!
Seguía sin entender. Mi madre se estaba desesperando, no sabía cómo hacérmelo entender. De repente, mi hermana salió de detrás de mi madre y, sonriendo pícaramente, me soltó que se trataba de Robin... ¡Júd!.
-¡¡¡¡AAAAAAAAAH, ROBIN JÚD!!!!
Mi madre nos miró sorprendida. Lo que pasaba era que, al ser sorda, sólo podía acceder a la cultura mediante la lectura, y me había empezado a gustar tanto leer que no tardé en descubrir que en inglés las palabras se dicen diferente, e incluso leí acerca de su fonética. Mi madre, la pobre, aún no se había enterado. Ella me enseñaba castellano y no quería que aprendiera un nuevo idioma aún, y cuando encontrábamos una palabra en inglés me la hacía leer como si fuera castellano.
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