lunes, 6 de agosto de 2012

Aprender a bailar sin oír

Mujeres con graves problemas de audición consiguen moverse al ritmo de la música «Hay oyentes que están tan obsesionados con aprender una coreografía, con que los pasos le salgan perfectos, que ni siquiera escuchan la música», dice María José (Pepa) Escalante, titulada en Danza Clásica por el Conservatorio de Madrid y monitora de baile moderno. Es también psicóloga educativa y voluntaria de buenas causas y su último empeño ha sido conseguir que ocho mujeres sordas de Plasencia aprendan a bailar. Un reto que se planteó y ofreció a Ascapas (Asociación Cacereña de Padres y Amigos de los Sordos). El resultado ha sido sorprendente, ya que en tan solo un par de semanas estas nuevas bailarinas, con problemas graves de audición, son capaces de moverse con armonía al ritmo del famoso 'Ai se eu te pego' del brasileño Teló y de imitar, también, algunos de los pasos más populares de las famosas chicas del cabaret. Las alumnas han aprendido imitando a Pepa Escalante. :: ANDY SOLÉ Entre esas las alumnas las hay que no escuchan absolutamente nada, mientras que otras han ido ganando audición con aparatos o implantes clocleares. Entre estas últimas está Elena Tejada, presidenta de la asociación, que en la vida se habría imaginado moviendo las caderas como ahora es capaz de hacerlo. «Puedo seguir una conversación en un tono normal, pero la música no la entiendo bien, así que me parece increíble poder bailar». Normal que casi no se lo crea, si se tiene en cuenta que la primera sorprendida ha sido la propia profesora, que tiene a sus espaldas 30 años de estudio y 17 de ejercicio de la profesión. «Nunca había trabajado solamente con personas sordas, sí con grupos en los que había oyentes y no oyentes y la verdad es que este grupo me lo han puesto muy fácil», asegura Pepa Escalante. La fórmula que ha utilizado para enseñarles es la de la imitación de los movimientos que ella les enseñaba. «Tienen la misma capacidad para imitar que alguien que oye y una vez que cogen el ritmo no lo pierden, lo retienen incluso mejor que muchos oyentes». Conseguir el objetivo ha sido posible a base de repeticiones, de remachar insistentemente marcando el ritmo, de mucho mirarse a los ojos y a la boca, que a fin de cuentas es una manera de escuchar aunque no se oiga. «Están todo el rato mirando porque quieren hacerlo muy bien», apunta la profesora, que asegura que el curso les ha servido para quitarse complejos. Tanto ha gustado la experiencia, a la asociación, a los alumnos y a los familiares que les han aplaudido con emoción, que ya están pensando en preparar otro. http://www.hoy.es

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