3. Familia
¿Debo tratar a mi hijo sordo de diferente manera que a mis otros hijos?
Es difícil no hacer distinciones entre ellos, sobre todo al principio, cuando el niño sordo necesita mucha más atención que los otros niños. Pero, aparte de la dedicación específica que den al niño, todo lo demás debe ser igual; la disciplina debe ser la misma para todos los hermanos, los horarios de comida y de sueño, etc. Si lo hacen así, sus hijos oyentes se sentirán queridos por igual y partícipes del problema de su hermano.
¿Debe la madre renunciar a su actividad profesional?
Está claro que la madre debe dedicar muchas horas a su hijo sordo, y que de esta dedicación, hecha con amor y entrega dependerá en gran parte del futuro del niño. Es importantísima la colaboración familiar.
Sin embargo, no creemos necesario que la madre renuncie a su actividad profesional. Con interés se puede combinar todo y es preferible una madre contenta que dedique unas horas a su hijo, que una madre malhumorada porque tiene que estar todo el día con el niño. Además, la madre no es el único miembro que debe atender y ayudar al niño. El padre también tiene que colaborar y turnarse con la madre en el trabajo con él. También recomendamos hacer participar en esta tarea a los demás miembros de la familia.
¿Cómo debo explicar a mis familiares y amigos que mi hijo es deficiente auditivo?
Debe mentalizar gradualmente a sus amigos y familiares acerca de lo que significa una pérdida auditiva y sus consecuencias.
No hagan de ello un problema grave; contesten a sus preguntas de forma sencilla, sin dramatizar. Explíquenles cómo pueden colaborar en su labor, denles ciertas pautas sobre cómo deben hablar con el niño.
Lo más importante es que ellos traten a su hijo como a cualquier otro niño, y esto lo harán si se lo ven hacer a ustedes.
Procuren que el niño no se dé cuenta de que están hablando de él porque, aunque quizás no les entienda, las miradas de sus amigos al hablarles del problema de su hijo, pueden hacerle sentirse raro y distinto.
Creemos que no volveremos a ser una familia normal. ¿Es correcta esta sensación?
Cuando unos padres conocen por primera vez la deficiencia de uno de sus hijos, todos los esquemas familiares se vienen abajo.
El descubrimiento del problemas y sus consecuencias, el no saber dónde acudir, unido a la tensión emocional del momento, crean un ambiente familiar anómalo y de gran desconcierto. Lo primero que deben hacer es serenarse, para poder tomar las decisiones oportunas siguiendo la línea del sentido común.
Infórmese bien sobre el problema acudiendo a especialistas: otorrinolaringólogo, audiólogo y pedagogo. Acepten el problema y comiencen a trabajar con el niño.
Traten a su hijo como a un niño de audición normal. Uno de los factores más importantes para el éxito de su hijo será el sentirse respaldado por el cariño familiar. Disfruten con su hijo sordo igual que disfrutan con sus otros hijos.
Llegará un momento en que olvidarán que su hijo tiene un problema. En ese momento, el ritmo familiar volverá a la normalidad. No olviden nunca que familias sin problemas aparentes tienen también sus pequeños dramas que alteran la vida familiar. Y… ¡recuerden que muchos niños oyentes también se sienten aislados!
¿Por qué nos ha ocurrido esto?
Muchos padres se hacen esta pregunta, y piensan que la vida les ha tratado injustamente. Desechen cualquier sentimiento de culpabilidad. Acepten a su hijo como es, y piensen en cómo ayudarle desde el primer momento, ya que ayudando a su hijo, se ayudarán a ustedes mismos. Es posible que al cabo del tiempo encuentre una respuesta positiva a esta pregunta, viendo cómo sus vidas se han enriquecido.
Si mi hijo es sordo, ¿para qué hablarle?
Esta reacción es perfectamente natural, sobre todo si se le ha diagnosticado una sordera profunda. Pero debe saber que al hablarle a través de sus audífonos o implante coclear, su hijo empezará a desarrollar la capacidad que tiene de acceder al lenguaje.
No tengo familia cerca y no sé con quién dejar al niño cuando tenga que salir.
Usted puede y debe dejar a su hijo de vez en cuando y salir a distraerse. Siga con su hijo sordo las mismas pautas que con cualquier otro hijo. Busque una persona que merezca su confianza y explíquele lo que considere más oportuno. Procure planear sus salidas con antelación, para que pueda ir siempre la misma persona a cuidarle.
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