lunes, 6 de agosto de 2012
Una alumna sorda consigue un contrato fijo gracias a Cruz Roja
MaloBueno
Una alumna sorda del curso de auxiliar en geriatría de Cruz Roja consigue trabajar en el nuevo centro de atención especializada a personas dependientes, como cuidadora, con un contrato indefinido. Una muestra evidente de que no existen barreras infranqueables si hay voluntad de alcanzar la meta.
Cruz Roja, siempre pendiente de los más vulnerables, apuesta por la integración y superación de las personas. La oferta formativa, abierta a todas las personas, ofrece este tipo de resultados
Rosa Mª Ruiz: auxiliar en geriatría, a pesar de ser una persona sorda, consigue un contrato indefinido como auxiliar en el Centro de Atención Especializada a Personas Dependientes de Castellón
Rosa Mª se dio cuenta al poco de nacer que era diferente. Vivía en un mundo de silencios; pero eso no fue obstáculo para que la pequeña luchara por ocupar su lugar. Así ha conseguido llegar hasta hoy y alcanzar lo que más desea: "Que me traten como a los demás, con derecho a aprender y ocupar el lugar que me corresponde como persona, como ser humano". Esas fueron sus palabras nada más empezar en Cruz Roja la formación que hoy le permite disfrutar de un puesto d e trabajo, acorde a sus formación y capacidad.
"Se presentó a la selección, como tantas otras personas y vimos que era capaz de desempeñar bien su labor, dice la directora del Centro, Mavi Balaguer , y así es como Rosa Ruiz desempeña diariamente su labor de auxiliar del Centro de día de Mayores. "Estoy feliz, trabajo muy a gusto; no tengo ningún problema con las compañeras y en casa, mi familia, se alegra d e verme contenta y con un trabajo que tanto me satisface".
Rosa agradece a Cruz Roja que confiara en ella y le permitiera realizar un curso de auxiliar en geriatría. Esa formación permitió conseguir su objetivo: demostrar que a pesar de su carencia auditiva es capaz de desempeñar cualquier tarea con profesionalidad. Y ella insiste en que hay que ofrecer oportunidades a la gente con alguna discapacidad. Debemos creer en ellos, en sus capacidades. "El hecho de no oir, no me impide poder hacer otras mucha s cosas con gran destreza, como cualquier otra persona."
Rosa acudió al curso de auxiliar en geriatría, subvencionado por la Consellería de Educación, Formación y Empleo, con una persona experta en lenguaje de signos que le traducía durante las clases; pero ahora, en su trabajo no tiene esa necesidad. Ella lee perfectamente los labios y entiende. Se lleva muy bien con los usuarios del centro y con las compañeras de trabajo. Rosa es una más, y no está sola, también hay otra persona con una discapacidad, realizando tareas en lavandería.
Rosa es tajante, porque cree en sus capacidades. Ella reconoce sus limitaciones, pero es capaz de hacer entender por cualquier persona. Lo más admirable de Rosa es la confianza en sus capacidades, por encima de las limitaciones, que quizás todos se han empeñado en destacar hasta este momento. A partir de ahora todo puede ser diferente y ella servir de ejemplo a otras muchas personas con alguna discapacidad, y ofrecerles una oportunidad, como han hecho Cruz Roja y el Centro de Atención Especializada a Personas Dependientes .
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