sábado, 9 de noviembre de 2013
Los esteroides intratimpánicos efectivos contra la pérdida de audición súbita
El tratamiento con esteroides inyectables intratimpáncios puede ser la solución para los pacientes que no responden al tratamiento sistémico habitual para paliar la pérdida de audición súbita. No obstante, los pacientes fumadores deberían considerar otro tipo de tratamientos, según indica un estudio.
Tras seguir un tratamiento con esteroides inyectables intratimpánicos, la audición de 36 pacientes con pérdida de audición neurosensorial súbita mejoró. Antes de recibir este tipo de tratamiento, los pacientes habían probado ya la terapia convencional para recuperar su capacidad auditiva.
Los esteroides intratimpánicos como tratamiento recomendado
"Estamos de acuerdo con las últimas recomendaciones de la Academia Americana sobre la pérdida de audición neurosensorial súbita que considera a los esteroides intratimpánicos como la terapia de rescate recomendada", explica Francesco Dispenza y sus colaboradores, responsables del estudio.
Asimismo, otros 10 pacientes que no habían tenido éxito con el tratamiento convencional, rechazaron someterse al tratamiento de rescate con esteroides intratimpánicos.
El estudio indica que la no mejoría de la audición en estos pacientes, muestra "indicios de que los esteroides son cruciales y activan de algún modo el proceso de recuperación de la cóclea", comenta Dispenza y su equipo de investigadores del Hospital de San Giovanni di Dio, en Italia.
Ser fumador retrasa la recuperación
Asimismo, el estudio mostraba una mejora notable de la audición en lo pacientes no fumadores en comparación con los fumadores. Estos resultados deberían tenerse en cuenta a la hora de tratar pacientes fumadores en el futuro.
"El estudio vincula el fracaso de la terapia intratimpánica de rescate con el tabaco, por tanto, esta información debe tenerse en cuenta a la hora de programar la terapia de rescate con pacientes que fuman durante el tratamiento", declaran los investigadores del estudio, publicado en la revista American Journal of Otolaryngology.
Fuente: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/
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