jueves, 28 de noviembre de 2013

EL INCREÍBLE CONCIERTO PARA PERSONAS SORDAS DEL GRUPO FUMUJ

Invitaron a los parisinos a reunirse en el Petit Bain en un concierto de rock abierto a todos, incluso a las personas sordas. El evento es una de las muchas propuestas extraordinarias puestas en marcha por el Ayuntamiento de París para facilitar el acceso de personas con discapacidad a la cultura. El grupo Fumuj ha desarrollado un espectáculo multisensorial para romper las barreras y llevar el público sordo al terreno del rock. "Nos basamos en todo lo que les permite sentir el sonido sin escuchar", dice Romain Pasquier, un miembro del grupo. La aventura comienza en una residencia en Angers en 2010 donde propusieron al grupo hacer un concierto para la audiencia sorda. Al principio nos negamos, nadie sabía cómo hacer música para las personas sordas, reconoce Romano, el batería del grupo. Finalmente pensamos que valía la pena si funcionaba para toda la gira y todo el público. Aunque es muy raro mezclar sordos y oyentes. Para el oído, se trata de un concierto de rock normal. Salvo que aparte de los altavoces, se elevan dos grandes columnas luminosas de color púrpura en medio del público. Son columnas vibrantes sobre las que la gente pone las manos, entre ellos David, treintañero y sordo que se expresa en lengua de signos: "Percibo los tambores, el bajo, y es muy agradable", dice David. También pueden sentir las vibraciones con airbags y aplaudir tocando los pequeños tubos inflables con una pajita. Un material cuyos gastos asumen los artistas. En el concierto reconocemos a las personas sordas, dice Romain, levantan las manos para aplaudir, a menudo son menos inhibidos y ¡más ruidosos! Gracias a las respuestas de los espectadores sordos, el proyecto se refina. "Construimos una batería que se ilumina según los golpes que da el batería, hemos hecho vídeos que interactúan con el sonido", explica. Y el público sordo los aprecia. "Las primeras reacciones fueron que era 'mortal', pero que no entendían las letras", dice Romano. Fumuj entonces decidió integrar una cantante-signante, Laety Tual, que traduce las letras a la lengua de signos en el escenario con una energía visiblemente comunicativa, al menos para David: "Yo estaba realmente inmerso en la atmósfera, participé totalmente", explica. Otros fueron menos receptivos. En particular, lamentan la elección de la lengua de signos americana para atenerse a las letras en inglés. Incluso sin sonido, algunas barreras lingüísticas permanecen. El grupo espera que sus innovaciones resuenen en otras formaciones. "Ya hemos prestado el dispositivo a otros grupos que tienen curiosidad. Nuestra intención es poder adaptarlo a todas las salas. Pero es cierto que se presta más a la música electro o al rock que a otros estilos..." Fuente: 20minutes.fr / franceinfo.fr

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