jueves, 9 de junio de 2011

Violencia y Malos Tratos de la mujer sorda


Adaptar todos los materiales que se editen sobre violencia y malos tratos para que la mujer sorda pueda acceder a ellos sin dificultad.
Desarrollar programas en colaboración con la comisión de la mujer de las Federaciones y Asociaciones de personas sordas.
Facilitar a las mujeres sordas una formación ocupacional con las adaptaciones pertinentes que les facilite el acceso al mercado laboral y consecuentemente a la independencia económica.


Supongamos que una mujer Sorda víctima de malos tratos decide denunciar su caso. ¿Podéis imaginar a cuantos obstáculos tendrá que enfrentarse? Vamos a detallarlos:

Después de un trato violento y suponiendo que la mujer Sorda conoce los pasos que tiene que dar, decide en primer lugar acudir a un hospital para que se le haga un reconocimiento médico y un parte de lesiones. Los y las profesionales que le realizan la exploración no conocen la Lengua de Signos, y han de solicitar un/a interprete de Lengua de Signos (ILSE) para poder comunicarse de forma efectiva.
Imaginémonos en un país extranjero cuya lengua prácticamente desconocemos y hemos sufrido un ataque violento. Acudimos a un hospital ¿seríamos capaces, en esa situación de nerviosismo y miedo, de explicar con detalle lo ocurrido?
Lo mismo le ocurre a una mujer sorda cuando acude a un hospital de su propia ciudad.
Vayamos tras los pasos de esta mujer sorda que decide denunciar su situación; tras acudir al hospital se dirige bien a la policía, la guardia civil o bien a un juzgado de guardia. Y volverá a enfrentarse a más barreras de comunicación.

La mujer sorda intenta explicar lo ocurrido, la policía posiblemente sea la primera vez que se encuentre con una persona sorda y, con bastante probabilidad la mujer sorda no irá acompañada de un interprete; deberá llamar a su federación ("donde es muy conocida") y solicitar uno/a dejando constancia del motivo por el cual lo necesita, en el caso que no disponga del I.L.S.E. ¿qué ocurrirá entonces?

Si la policía consigue averiguar la razón por la que la mujer sorda ha acudido a la comisaría, se dispondrá a realizar el trámite de la denuncia, como la comunicación no resultará muy fluida, decidirá darle la denuncia en papel para que la rellene. ¿Que sucederá entonces? Las personas Sordas, muchas de ellas, como consecuencia de una mala educación, son analfabetas funcionales, así que, no comprenderán bien el texto de la denuncia ni podrán expresar correctamente lo sucedido.

¿ Que se puede hacer?
Formar a los/as profesionales de los servicios de urgencia y atención al usuario/a de los hospitales, los/as agentes de policía que realizan el trámite de denuncia sobre las personas Sordas y Comunidad Sorda y dotarles de un conocimiento mínimo de la lengua de signos para que la mujer sorda no se sienta aislada cuando acude a un hospital tras haber sufrido una agresión.
Contar con un/a intérprete de Lengua de Signos dentro de la plantilla habitual del hospital o comisaría o, un intérprete para varios hospitales o comisarías próximas ya que de esta forma se puede garantizar que la mujer Sorda de toda la información sobre lo ocurrido y que esta se refleje en el parte médico y en la denuncia, fundamentales en los procesos de denuncia y separación.
Es importante que en todos los organismos públicos o privados dispongan de un Dispositivo Telefónico para personas Sordas (DTS) de forma que una persona Sorda no necesite de una tercera persona para contactar con los Servicios de Urgencias de los Hospitales, la Comisaría o cualquier otro organismo con el que desee contactar.
Una vez superados estos pasos, la mujer Sorda acude a una casa de acogida. De nuevo, la situación se complica, la mujer Sorda, se sentirá protegida pero totalmente incomunicada, ya que además de no poder compartir sus sentimientos con el resto de las mujeres, por no compartir el mismo código comunicativo, el centro probablemente no cuente con ninguna de las adaptaciones técnicas existentes.
Por otro lado en las casas de acogida se suelen desarrollar terapias individuales y/o grupales que ayudan a las mujeres a salir de la situación en la que se encuentran y facilitan su incorporación en el entorno laboral y social. Estas terapias se basan principalmente en la comunicación y en estas situaciones la figura de el/la intérprete no es suficiente para garantizar la eficacia de las terapias.

¿Qué se puede hacer?

Sin olvidarnos de los puntos mencionados anteriormente es muy importante que las casas de acogida y otros recursos similares sean adaptados, de forma que se garantice la supresión de las barreras de comunicación dentro del hogar.

Por otro lado es importante que existan personas sordas capaces de realizar terapias directas con las mujeres sordas y/o en su defecto personas oyentes que dominen la lengua de signos, en ambos casos es fundamental que desde las administraciones se potencie la formación de las personas sordas y la formación de profesionales en Lengua de Signos.

Facilitar la información de los centros y servicios donde se puede acudir, como los que adjuntamos en esta guía y que agradeceríamos nos ayudarais a actualizar y completar los nuevos servicios que se vayan creando.


UNA DE LAS POSIBLES SOLUCIONES, EL SERVICIO DE TELEASISTENCIA MOVIL

El servicio de teleasistencia móvil para mujeres maltratadas recibe 25.000 llamadas de pánico en lo que va de año

Las operadoras de telefonía móvil para la asistencia a mujeres maltratadas recibieron cerca de 25.000 llamadas de alerta entre enero y la primera semana del mes de octubre, según informaron a Europa Press fuentes del IMSERSO, organismo dependiente del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales responsable de este servicio.
EEn declaraciones a Europa Press, la secretaria de Estado de Asuntos Sociales, Familia y Discapacidad, Amparo Valcarce, hace un llamamiento a las mujeres para que superen la barrera psicológica del miedo y soliciten este sistema ya que "garantiza la confidencialidad" y, lo más importante, "puede evitar graves lesiones e incluso la muerte".
l servicio de teleasistencia se basa en tecnologías de telefonía móvil y telelocalización vía satélite y permite que las mujeres en riesgo de sufrir violencia de género puedan contactar con el centro de atención y, en caso de peligro vital, con la Policía, tan sólo apretando una tecla, comúnmente denominada el 'botón del pánico'.

Coincidiendo con los actos conmemorativos del Día Internacional contra la Violencia de Género, el 25 de noviembre, Asuntos Sociales tiene contabilizadas un total de 2.100 mujeres que cuentan con este servicio. Para ello, es necesario no convivir con el maltratador y contar con una orden de protección por parte del juez.

El sistema está implantado en toda España, concretamente en 6.384 municipios, entre los que se encuentran las principales localidades y 32 diputaciones provinciales. Algunas ciudades, como Vitoria, tienen su propio sistema de teleasistencia a víctimas y no están adheridas al convenio con el IMSERSO.

Fuentes de este organismo se muestran moderadamente satisfechos con esta cifra, teniendo en cuenta que es un sistema voluntario (hay mujeres que prefieren no solicitarlo), que se ha implantado de manera progresiva (el principal volumen de mujeres accedió al sistema a lo largo de los últimos seis meses) y que depende de las órdenes de protección, que tienen una duración inicial de tres meses.

"NO LO PIDEN POR MIEDO"

Amparo Valcarce valora de manera "positiva" el sistema pero hace un llamamiento a las mujeres para que confíen "porque todavía muchas no lo solicitan". "Hay mujeres que podrían estar dentro del servicio y no lo han solicitado", destaca recordando que "está totalmente garantizada su confidencialidad, su intimidad, es voluntario, gratuito y muy eficaz".

La principal razón por la que no lo solicitan es el miedo, al igual que ocurre a la hora de denunciar. Sin embargo, Valcarce asegura que el sistema les ofrece apoyo psicológico y asesoramiento. "Ganarán en autoestima y seguridad, para aliviar la soledad, el miedo y el aislamiento social".

EVITAR MUERTES

Pero lo más importante para los responsables de este servicio es el número de muertes y potenciales agresiones que se han evitado gracias a la telefonía móvil. "Está siendo muy útil y los casos de alerta se resuelven bastante bien", destaca Carlos Capataz, director de Intervención Social de Cruz Roja, ONG que se ocupa de la gestión de este servicio, junto a la empresa Eulen.

Este experto relata el caso anónimo de una mujer que fue sorprendida por su agresor al ir a buscar a su hija al colegio. El maltratador logró introducirla en su vehículo pero antes la propia hija logró pulsar el botón de alarma


del móvil. "Gracias a ello pudimos escuchar el sonido ambiente y la Policía logró detenerle utilizando el sistema GPS.

Además de los casos de alerta, los profesionales que gestionan la teleasistencia llaman de manera periódica a las mujeres para interesarse por su estado, lo que denominan llamadas de agenda. Cruz Roja realizó unas 20.000 llamadas de este tipo.

"Muchas veces las mujeres nos llaman porque se sienten solas, aisladas o porque simplemente necesitan hablar. En algunos casos hemos tenido conversaciones de hasta dos horas", explica Capataz. Este experto explica que "la noche es un momento clave" en el que muchas mujeres, por ejemplo, sienten miedo al oír un ruido en la casa.

En otras ocasiones, las mujeres simplemente aprietan en botón porque se sienten perseguidas o temen que su agresor pueda estar cerca. Los expertos advierten, no obstante, de que el sistema de telefonía no es infalible y que en la mayoría de los casos tienen un carácter disuasorio.

Según datos oficiales, hasta el 3 de noviembre fallecieron un total de 52 mujeres a manos de su pareja o ex pareja sentimental. Por su parte en la primera mitad del año se registraron 51.213 y los jueces concedieron 15.302 órdenes de protección, dos puntos menos que en el mismo periodo de 2004.

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