lunes, 13 de junio de 2011

un ejemplo aunque ya ha pasado tiempo igual es un ejemplo


«Tardé cuatro años en aprender a pronunciar la erre. Es agotador y sin la ayuda de las monjas nunca hubiese podido hacerlo»
Sergio López Lozano ha sido el elegido para dar el pregón de las fiestas 2009 del municipio de Las Torres de Cotillas. Con tan sólo treinta años, la comisión de fiestas decidió darle la oportunidad a este odontólogo de hablar de su tierra, sus vivencias y su vida ante sus familiares, amigos y vecinos. Y es que Sergio, además de radiar alegría y vitalidad, es un ejemplo de constancia, superación, esfuerzo y coraje. Con un problema de sordera que alcanza al 90% de su audición, aprendió a hablar en un colegio específico de Granada desde los 3 a los 7 años de edad. Le costó cuatro años y hoy día, tras haber terminado sus estudios de odontología, ser el primero de su promoción en estudios específicos de su profesión y siete años de experiencia en consulta, asegura que aprender a hablar sin oír ha sido el mayor reto que ha superado en su vida. Entre otras aficiones, le gusta navegar a vela y hacer senderismo, por la sensación de libertad que siente cuando los practica.

-¿Cómo ha enfocado el Pregón?
- Pues quiero sorprender. Me gustaría que los asistentes no se queden inmutados tras mi intervención.

- ¿Pero de qué va a hablar?
- Pues un poco de todo. De mi familia, amigos, del pueblo.

- Pues no sé yo si eso sorprenderá porque es un poco lo de siempre.
- No sé si mi pregón será como todos los demás, ya que por mi problema de sordera nunca he podido escuchar uno, pero hay muchas formas de hablar del municipio y de sus gentes. También espero que los padres de otros niños sordos se esperancen al ver que yo he podido normalizar mi vida.

- Imagino que se siente orgulloso de su pueblo.
- Mucho. Las Torres de Cotillas ha crecido de una forma asombrosa y creo que ha pasado de ser un pueblo a ser una ciudad.

- Sí, los torreños siempre decís eso.
- Puede ser, pero es que es cierto.

- Estuvo en Granada de niño. Cuénteme un poco esta etapa de su vida.
- Pues mis padres se enteraron de que uno de los mejores médicos de Andalucía era sordo y le siguieron la pista hasta descubrir que en Granada había un colegio de monjas que enseñaban a hablar a los sordomudos. Aprender a hablar es lo más difícil que he hecho en mi vida, más que terminar odontología.

- Debe de ser agotador.
- Es desesperante. Piensa que tardé cuatro años en aprender a pronunciar la erre. Más del 80% de los niños que lo intentan fracasan porque es muy frustrante. Además, tengo que decir que sin la ayuda y la paciencia de las monjas nunca hubiese podido hacerlo.

- Claro que después de eso, ya podían echarle a usted carreras difíciles.
- Bueno, he sido un buen lector toda mi vida. Siempre estaba leyendo y eso me ayudó en la carrera. No asistí ni un día a clase porque aunque yo me comunico leyendo los labios, muchos profesores olvidaban mi situación y no paraban de moverse. Además, los términos de medicina son imposibles de comunicarlos con el idioma de sordos.
Fuente: La Verdad (Murcia)

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