lunes, 6 de junio de 2011

Un viaje por la historia de los audífonos




Un viaje por la historia de los audífonos
Siempre ha existido la sordera y la pérdida auditiva. Se ha creído, durante mucho tiempo, que las personas con dificultades para oír bien tenían también alguna otra discapacidad. Un concepto erróneo que llegó, por desgracia, hasta el siglo XVI. Durante mucho tiempo, la sociedad discriminó a las personas con pérdida auditiva.

Un monje español, de nombre Pedro Ponce, demostró en el siglo XVI que no había conexión alguna entre la capacidad auditiva de la persona con su capacidad intelectual. Rondaba el año 1530 cuando enseñó a Pedro y a Francisco, los hijos sordos del noble Juan Fernández de Velasco y Tovar, a leer, escribir, cálculo y a hablar.
Las primeras trompetillas para el oído se remontan al siglo XVII


Los primeros instrumentos para ayudar en la audición fueron las trompetillas. Se fabricaban con muchos tamaños y formas. Podían ser de hoja de hierro, plata, madera, caparazón de caracol o cuernos de animales.

Algunos no querían admitir su pérdida auditiva. Por eso, se intentaba disimular. Algunas trompetillas se escondían en abanicos, otras en bastones, e incluso algunas se camuflaban como piezas de joyería con diamantes.
Hitos en la tecnología de la comunicación


Alexander Graham Bell, el inventor del teléfono, tuvo alumnos sordos y estaba casado con una mujer sorda y su madre también lo era. Por eso, su objetivo original consistía en transformar las palabras habladas en señales eléctricas que los sordos pudieran ver. El teléfono nació cuando supo que esta tecnología también se podía utilizar para transmitir la voz a una distancia larga.
Los primeros audífonos nacieron en el siglo XX


Los primeros amplificadores eléctricos estuvieron disponibles a principios del siglo XX. Tras ello, se inventaron los primeros audífonos. En los años 20, su tamaño ya era tan pequeño como para llevarlos en un bolso de mano.
A medida que fue evolucionando la miniaturización de la tecnología, los audífonos se fueron siendo cada vez más pequeños. En la década de 1940, aparecieron en el mercado los primeros dispositivos de bolsillo. A principios de los 60, un nuevo diseño irrumpió en el mercado con tal fuerza que aún hoy sigue estando disponible: el dispositivo retroauricular (BTE). Desde entonces, la tecnología de los audífonos ha experimentado un desarrollo rápido gracias a la evolución de la microelectrónica.

Los audífonos actuales funcionan con tecnología digital y vienen provistos de potentes chips informáticos. Se caracterizan por numerosas funciones que garantizan una mejor calidad de sonido, conectividad inalámbrica y tamaños cada vez más pequeños.

Además de la tecnología, la aceptación de los audífonos también ha cambiado. Los tamaños cada vez menores, los diseños novedosos y los colores elegantes son factores indudables que ayudan a que los usuarios lleven sus audífonos con facilidad y confianza.

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