-¿Dónde trabajas?
-Trabajo en la Federación de personas sordas
- Ah, yo tengo un amigo sordomudo.
- Dirás sordo.
-Bueno sí eso
Esta conversación se repite a lo largo de nuestras vidas en numerosas ocasiones y con personas jóvenes, mayores, hombres y mujeres, con o sin estudios, artistas, médicos, profesores, secretarios, periodistas, políticos, dependientes… y siempre nos hacemos la misma pregunta ¿por qué cuesta tanto? Resulta sorprendente que a pesar de que las instituciones que representan o trabajan con las personas sordas utilicen adecuadamente los términos, éstos todavía no formen parte de nuestro lenguaje habitual.
Y es que la idea que se tiene de las personas sordas dista mucho de la realidad. Nos hemos movido en una sociedad que pasó de la necesidad imperiosa de homogeneizar a sus miembros y donde lo inevitablemente diferente, en nuestro caso las personas sordas, carecía de derechos; a una sociedad donde la diversidad se contempla y la propia diferencia es tolerada y aceptada como parte de nuestra existencia. No obstante, ¿de verdad estamos preparados y preparadas para interiorizar este cambio? Entonces ¿por qué aun hoy los tópicos que antaño acechaban a las personas sordas siguen vigentes?
Desde la Federación de personas sordas de la Comunidad Valenciana, el comité de jóvenes sordos -Jovesord- y la Fundación FESORD CV para la Integración y la Supresión de las Barreras de Comunicación queremos aprovechar el 30º, 20º y 10º aniversario de nuestras entidades para incidir en una de las debilidades sociales que aunque, inconscientemente, generan más barreras. Queremos transformar mentalidades, queremos acercarnos a una sociedad que por desconocimiento puede llegar a generar exclusión, queremos que tú sigas marcando las diferencias, pero voluntariamente. No queremos escudos ante una situación discriminatoria y que se permita enmascararla en la ignorancia.
Queremos ser diferentes porque lo somos, porque todos y todas lo somos, incluso entre las propias personas sordas también hay diferencias físicas, psicológicas, comunicativas y culturales, pero la diferencia no es exclusión, no es incapacitación, la diferencia es riqueza y así debemos experimentarla todos y todas.
Quizás no sabrás identificar a una persona sorda entre la multitud de personas que diariamente pasean por nuestras calles, no es éste nuestro objetivo, pero sí podrás marcar las diferencias cuando descubras quiénes somos. Confiamos en ti, conoce a las personas sordas.
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