Te ofrezco el trozo de una mañana soleada,
que llegó lozana al vagón de mis días
Orladas también, aunque sin pretensiones
Un par de quimeras
Y los vitrales de mi ventana
Quiero seguir ensayando este oficio
El de poeta enamorado
Por el único y vivo afán de perderme en el entusiasmo
Sin mas premios que observar la semejanza
De un pensamiento mío con una de tus pestañas
¡Pero me falta tanto para ofrecerte un somero descanso,
Una minúscula calma, un insignificante asilo!
Solo tengo este jirón de alborada para ti
Recíbelo, llévalo en la cartera
No es mucho, lo sé, pero es verdadero
Lo saqué de entre cenizas y noches septentrionales
Puedes tirarlo en el camino, no veré cuando lo hagas
Estaré ocupado en la recreación de tus gestos
Y en cómo preservar tu huella en mi vereda
Rotvic
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