miércoles, 1 de junio de 2011

10 Listen up viola la intimidad de las personas


Vamos por partes. El objeto se llama Listen Up, se trata al parecer, de un dispositivo eletrónico que amplifica los sonidos. Promete, por ejemplo, que uno puede ver una película y poner el volúmen del televisor muy bajo, de manera que no incomoda a la pareja mientras lee o duerme, a pesar de que uno oye a la perfección. Dice el aviso en uno de sus apartes, que “originalmente fue diseñado para las personas con baja audición a mejorar su bienestar”.
Ahí empiezan los problemas. Encuentro no sólo inconveniente, sino incluso peligroso, promover que las personas con afecciones en los oídos compren un aparato de este tipo sin consultar con un médico especializado en la materia. ¿Acaso el orígen de todas las pérdidas auditivas es el mismo, y por lo tanto es igual el tratamiento para todos los casos?¿ Acaso está aprobado el objeto en venta por alguna academia o asociación médica?
Pasemos al segundo punto: la manera cómo se ofrece. Dice el aviso en otro aparte, que, según una encuesta, “los clientes manifestaron que no adquirieron el producto para mejorar su audición, lo hicieron para confirmar información o simplemente para escuchar conversaciones de otras personas en lugares cercanos”. Es decir, palabras más, palabras menos, que el aparato realmente se ofrece para violar la intimidad de las personas. Basta con ver el encabezado del anuncio para comproblarlo: “Listen up, el espía electrónico”.
Si les queda alguna duda de que el aviso promueve la violación de un derecho fundamental de los individuos -contemplado, por cierto, en la constitución política de Colombia-, lean este otro párrafo: ” El hecho de que sea utilizado para escuchar conversaciones ajenas es decisión del cliente, quien está en plena libertad de hacerlo y darle el uso que mas le convenga”.
Increíble, ¡de qué manera se promueve la violación de la ley en un medio masivo de comunicación!¡ De que manera se invita a las personas a irrespetar a sus semejantes!
Pero bien sabido es que hay comerciantes y publicistas -como sucede con profesionales cuestionables de los más diversos oficios- a los que muy poco les importan los derechos de los demás, las leyes, e incluso la ética, con tal de llenar sus arcas. A eso estamos desafortunadamente acostumbrados.
Lo que resulta más grave de toda esta historia -y acá viene el tercer punto de indignación del que hablaba- es que el aviso en referencia lleva impreso, con orgullo, un sello de Fenalco que dice: “No se deje engañar”.
Sí, leyeron bien, Fenalco avala la venta de este producto. Y por lo visto, el contenido de este aviso. En una esquina de la página, al lado del logotipo de esta entidad se lee: “Sello Fenalco- Ética mercantil” y más abajo, con letra menuda de los contrtos engañosos recalca: “Un compromiso con el país”.
Que vergüenza saber que una entidad, que se decía “respetable” tenga la ética en semejante concepto. Y que su compromiso con el país sea el de promover las ventas de los comerciantes, aunque promuevan también la violación de los derechos de los compradores.
Dirán, que al fin y al cabo, desde las más altas esferas se esta promoviendo la violación de la intimidad. Yel mal ejemplo cunde.

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