La educación
Rodolfo Agrícola (1433-1485) Hacia finales del siglo XV, Rodolfo Agrícola, profesor de Filosofía en Alemania, se fijo en la capacidad intelectual de un sordo. Agrícola con gran asombro escribe: “He aquí un prodigio: un sordomudo de nacimiento que era capaz de entender lo que otra persona le daba por escrito y él mismo expresaba por medio de la escritura todo su pensamiento, como si hubiera tenido la imagen de la palabra”. Esta noticia no nos parecerá revelante hoy en día, pero si miramos hacia atrás en la historia de la educación de las personas sordas, es muy importante que las personas cultas se diesen cuenta de que los sordos podían recibir educación y comunicarse a través de la lecto-escritura.
El pensamiento renacentista y humanista da un gran paso en el campo de la educación y especialmente en lo que respecta a la educación de las personas sordas, pero dentro de un proceso bastante lento. En un primer momento, y no en todos los países europeos, solo las familias adineradas se podían permitir educar a sus hijos sordos, contratando a tutores, quienes solían ser sacerdotes o clérigos
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