jueves, 25 de agosto de 2011
OTRA VEZ DISCRIIMINACION Me sentí solo y abandonado en El Altet
El pasajero sordociego que fue olvidado por el servicio para personas con movilidad reducida del aeropuerto asegura que los intérpretes no le entendían y que a su llegada a Madrid, nueve horas después de lo previsto, tampoco recibió la atención adecuada
Josu Domínguez, el pasajero sordociego que perdió el pasado lunes su avión en el aeropuerto de El Altet por un error del servicio de atención a personas discapacitadas, manifestó ayer a este diario que "me sentí muy mal, solo, abandonado y muy incomunicado".
Procedente de Barcelona, en este caso haciendo uso del tren, Domínguez llegó a Alicante para pasar unos días de vacaciones junto a su amigo Francisco Javier Trigueros, vicepresidente de la Asociación de Sordociegos de España (Asocide) y presidente a nivel de la Comunidad Valenciana, el cual reside actualmente en la provincia.
El disgusto se lo llevó cuando el lunes tenía que coger un avión con destino a Madrid a las 14.35 horas y, por una descoordinación del mencionado servicio de la estación aeroportuaria, no pudo llegar a la capital hasta la medianoche, ya que se olvidaron de que esta persona, sorda y ciega y acompañada de un perro-guía, había reclamado asistencia para embarcar y tomar el vuelo como tenía previsto.
"Los intérpretes -del aeropuerto de El Altet- no me entendían y sólo podíamos comunicarnos con papeles y con letras grandes", explica este turista refiriéndose a los momentos posteriores, una vez quedó claro que la tardía reacción del servicio había ya impedido que pudiera coger su avión.
"Me resumían la información y así era imposible", apunta este joven de 30 años y natural del País Vasco, quien da a entender que el problema no estuvo únicamente en que perdió el avión, sino que al tratar de comunicarse con el personal de la empresa, las personas que le atendieron no tenían la formación necesaria para entender con un sordociego, cuando precisamente este servicio tiene por objetivo la atención de personas con distinta discapacidad.
Josu Domínguez asegura que este tipo de situaciones no le han ocurrido, afortunadamente, en muchas ocasiones, y que la sensación que se padece a todas luces es muy desagradable.
"Ninguno de los asistentes sabía comunicarse conmigo, pero además, cuando llegué a Madrid, a la persona que fue a buscarme al avión no le habían dicho que era sordociego, con lo cual está claro que el servicio no informa bien de la situación de los pasajeros que demandan este servicio", apunta el afectado.
A la derecha, el pasajero sordociego el lunes en El Altet. información
Centro de intermediación
La conversación con Josu Domínguez fue posible ayer gracias al Centro de Intermediación Telefónica, un servicio promovido por la Dirección General de Coordinación de Políticas Sectoriales sobre la Discapacidad mediante el que se facilita la comunicación telefónica entre personas sordas o con discapacidades auditivas y/o en el habla, que son usuarias de teléfonos de texto, de teléfonos móviles, fax o videoconferencia, con personas oyentes que utilizan teléfonos convencionales.
En la provincia hay algo más de una treintena de personas sordociegas asociadas a Asocide, aunque se estima que son muchas más las que presentan esta discapacidad. En la Comunidad Valenciana el cálculo que se hace es de unos 300, y a nivel nacional los indicadores señalan que puede haber unas 6.000 personas que carecen de visión y a la vez sufren sordera, aunque la mayoría de sordociegos mantiene algún resto visual o auditivo.
Más de 60.000 usuarios asistidos por la empresa, que ya ha reconocido el error
Fuentes de la empresa concesionaria del servicio de atención a personas con movilidad reducida del aeropuerto de El Altet no esquivan su responsabilidad pero matizan que la versión del supervisor y del pasajero se contradicen, en el sentido de que el primero señala que el pasajero se movió de su sitio y no lo vieron, mientras que el segundo insiste en que permaneció donde le dijeron que se sentara, y sólo se movió en las dos ocasiones en que advirtió de que su vuelo iba a salir, señalando que la segunda vez estaba visiblemente nervioso porque ya intuía que perdía el avión.
En cualquier caso, la empresa subcontratada por Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea manifestó ayer que "fue un error nuestro y eso está claro", pero también quiso manifestar que "no se le dejó abandonado, no lo estuvo".
El servicio de atención a personas con movilidad reducida ha atendido en lo que va de año, en el aeropuerto de El Altet, a más de 60.000 pasajeros con distinto tipo de discapacidad y la satisfacción del usuario en general, según la empresa, es buena.
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