viernes, 6 de mayo de 2011

Ser mamá de un niño sordo


n tributo a aquellas que han aprendido, que ser una mamá especial es otra forma de ser feliz.
Las experiencias iniciales que sufren las mamás de un niño sordo son muy similares en todos los casos. En un principio ignoran que su hijo tenga algún tipo de deficiencia auditiva, pero en poco tiempo aparecen las sospechas.
Las mamás comienzan a hacer distintas pruebas al niño y al no obtener las respuestas normales empiezan a desesperarse por lo que acuden a los servicios médicos. Posteriormente, y por lo general después de transcurrido un año o más, se confirma el diagnóstico de hipoacúsia mejor conocida como sordera.
una historia un ejemplo

"Patricio nació a los tres meses después de que le diagnosticaron sordera profunda a nuestro primer hijo Paolo. Desde el primer momento en que supe que estaba embarazada de Paolo, mi mayor ilusión fue escucharlo decir mamá. Cuando supe que eso no iba a ser posible comencé a imaginar que Patricio algún día podría decirlo, sin embargo, cuando a él también le diagnosticaron sordera sentí como se alzaba una barrera entre mis hijos y los demás niños. ¿Cómo se comunicarían?, ¿cómo podría yo saber cuándo me necesitarán? Nunca escucharían mi voz.

Después del dolor inicial agradecí que la vida, a mi me haya convertido en una mamá doblemente especial. Ahora mi mayor sueño es que cuando mis hijos sean implantados la primera palabra que pronuncien es gracias por la ayuda que les están dando". Nelly Evaristo Villegas, una mamá doblemente especial.
Ser mamá de un niño sordo es una experiencia llena de dolor y sacrificio, también lo es de sensibilidad y amor. Criar un niño sordo o en general con cualquier deficiencia lleva a las madres a tener un concepto de los valores de la vida y la familia, así como un afán de superación que probablemente antes no tenían
creemos que ser una mamá especial es otra forma de ser feliz.

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