jueves, 5 de mayo de 2011

Procedimiento habitual en las pruebas audiológicas en adultos y niños mayores


Una evaluación audiológica consta de varias y diferentes pruebas que, en conjunto, determinan si la persona sufre una pérdida de audición y la gravedad de la misma.

En muchos casos, las pruebas pueden determinar también la causa de dicha pérdida.

El médico profesional en audición suele comenzar realizando algunas preguntas relacionadas con los problemas auditivos, por ejemplo, si se ha estado expuesto a un ruido excesivo o si existen otras personas en la familia con alteraciones auditivas. Esta entrevista ayudará al especialista a obtener un cuadro clínico de la gravedad del problema y descubrir áreas específicas que requerirán una mayor atención.

Después de esta primera conversación, el profesional suele examinar los oídos con un instrumento especial llamado otoscopio. El otoscopio permite determinar si la pérdida de audición se debe a un daño producido en el conducto auditivo o en el tímpano.

El próximo paso del reconocimiento es la prueba de audición principal, la cual se lleva a cabo en una habitación cerrada e insonorizada. Consiste normalmente en tres pruebas que, en conjunto, determinan la naturaleza de la pérdida de audición. Estas pruebas no son dolorosas ni incómodas.


Prueba de tonos puros


Audiometría del habla


Timpanometría



Teniendo en consideración la primera entrevista y las pruebas realizadas hasta el momento, el médico profesional de audición podrá entonces determinar la naturaleza y la gravedad de la pérdida auditiva. Es muy importante que el paciente cuente tantos detalles como sean posibles acerca de su vida laboral y cotidiana, de este modo el médico podrá obtener una idea precisa de las necesidades de la persona. Si se coopera, el médico será capaz de encontrar la mejor solución, por ejemplo, en forma de audífonos, implantes u otra clase de tratamiento.

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