domingo, 25 de marzo de 2012

Hipoacusia: Una condición que puede aislar


Una persona hipoacúsica es aquella que presenta una pérdida auditiva -leve, moderada o severa- y, mediante medicamentos, operación quirúrgica o una prótesis, puede compensar su pérdida y volver al mundo de los normoyentes



"La hipoacusia es un concepto que se explica en la disminución de la capacidad auditiva, y dependiendo de intensidad, ésta puede ser leve, moderada o severa, mientras que por la zona del oído que afecte esta será conductiva o neurosensorial", explica la presidenta de la Sociedad Venezolana de Otorrinolaringología, Dra. Nora Hernández. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la pérdida auditiva como la imposibilidad de escuchar una conversación con una intensidad de 25 Decibeles (dB) o menos.



hipoacusia

Según cifras de la misma OMS, unas 278 millones de personas, equivalente a 4% de la población mundial, son hipoacúsicos. La doctora Hernández sostiene que en Venezuela no hay cifras oficiales pero el Programa de Atención en Salud para la Persona con Discapacidades -PASDIS- estima que cerca de 6,5% de la población venezolana, unas 1.8 millones de personas, padecen de deficiencias auditivas.

¿Cómo se pierde capacidad auditiva?

La hipoacusia se puede desarrollar en cualquier etapa de la vida, y generalmente es gradual y sin dolor. Las personas podrían tener este problema durante muchos años y no darse cuenta, debido a que se desarrolla muy lentamente en un principio.

Los factores que pueden causar una pérdida auditiva incluyen:

Lesiones por exposiciones prolongadas al ruido: Los traumas acústicos, conocidos también como hipoacusia provocada, se presentan cuando las personas escuchan sonidos a un alto volumen que lesionan su oído interno. Entre otros agentes que generan traumas acústicos están el aumento del sonido ambiental y el ruido laboral, así como la detonación de un arma de fuego o los fuegos pirotécnicos. La sensibilidad del oído se reduce al punto de que no se escuchan los sonidos más débiles, mientras que los fuertes se oyen casi normalmente. Todas estas lesiones originan pérdidas auditivas que, en la mayoría de los casos, son irreversibles.

Factores hereditarios: Las pérdidas auditivas son el defecto congénito más común entre los recien nacidos. 50% de los casos son hereditarios y el otro tanto tiene que ver con problemas presentados durante el embarazo, es decir, porque la madre sufrió de enfermedades como rubeola, toxoplasmosis, sífilis o lechina; es portadora de VIH; o recibió medicamentos ototóxicos, o lo que es lo mismo, que causan daños en el oido interno. Gestantes con condiciones físicas y nutricionales deficientes pueden también generar bebés con problemas de audición.

Enfermedades infecciosas: Como la otitis externa y la otitis media, definida como la inflamación de los espacios del oído medio.

Reacciones a medicamentos: Investigaciones relacionan el uso de ciertos antibióticos, diuréticos, agentes anti-tumorales y los salicilatos con daños en la cóclea (oido interno). Dichos hallazgos revelan que estos medicamentos presentan algún tipo de ototoxicidad, entre ellos están: Azitromicina; Baclofeno; Ciprofloxacino; Claritromicina y el Ketorolaco.

Cerumen: un conducto auditivo estrecho, una higiene inadecuada o un mal uso de auriculares, puede ocasionar la acumulación de la cera que produce el oido para proteger el conducto auditivo y el tímpano. Al secarse, se produce un tapón de oído, siendo una de las causas más frecuentes de pérdida de la audición.

Edad: Los problemas auditivos aumentan con la edad y según diversas investigaciones, más de 30% de las personas mayores de 65 años tienen una pérdida auditiva demostrable por audiograma. Esta pérdida se denomina presbiacusia.

¡No estoy escuchando bien! Síntomas de la hipoacusia

Hay muchos tipos y grados de pérdida auditiva. Sin embargo, los síntomas generalmente son los mismos. Sospeche de estar perdiendo capacidad auditiva si:

Las personas le comentan que el volumen de su TV ó radio es demasiado fuerte.

Se pierde de visitas y llamadas porque no escucha el timbre de la puerta o del teléfono.

Tiene dificultad para seguir las conversaciones en sitios llenos y ruidosos.

Le parece que las personas murmuran y no hablan claro durante la conversación.

Le dicen que usted habla demasiado fuerte.

Pide frecuentemente a las personas que repitan.

Sus amigos y familiares sugieren que usted tiene un problema auditivo.

Tiene dificultad para entender las letras de las canciones cuando las escucha sonar.

Para comprobar el grado de hipoacusia de una persona se le practica una prueba denominada audiometría. Ésta determina si el problema de percepción es con relación a la intensidad (decibelios) o a la frecuencia (hertzios). Es frecuente que las pruebas arrojen resultados diferentes para cada oído.

Necesario es actuar

La audición es el sentido de mayor importancia para poder comunicarnos, por lo que resulta imprescindible cuando se está en compañía de otras personas. Con frecuencia, las dificultades de audición hacen que sea difícil para quienes las padecen, formar parte del mundo que les rodea, lo cual a su vez puede resultar en aislamiento, agotamiento y un sentimiento de soledad. En el tiempo, la pérdida auditiva puede desmejorar la interacción social.

Por ello, es de vital importancia compensar lo antes posible una pérdida auditiva. Algunos tipos de problemas se pueden tratar quirúrgicamente o con medicamentos, pero si la pérdida ha sucedido en conexión con un trauma acústico, ésta no podrá ser tratada. En muchos casos, un audífono suele ser de gran ayuda para proporcionar a estas personas las mismas posibilidades de comunicación que aquellas que disfrutan de una audición normal. Un audífono no puede devolver la audición perdida, pero puede aprovechar el resto de audición y amplificar los sonidos y el habla, de modo que el usuario pueda disfrutar al máximo de su vida cotidiana.

Los audífonos modernos amplifican los sonidos del habla y del lenguaje, mientras que los sonidos que constituyen el ruido de fondo se moderan. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que el usuario tendrá que hacer un esfuerzo activo para acostumbrarse a las nuevas impresiones sonoras que le proporciona el audífono. La mayoría de los usuarios se acostumbran a utilizar el audífono rápidamente, sin embargo, a menudo es necesario tomarse algo más de tiempo, esfuerzo que bien vale la pena en tanto que redundará en un significativo aumento de la calidad de vida.

http://www.analitica.com

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