lunes, 12 de diciembre de 2011

“Lo que más deseo es que en el mundo se rompan las barreras de comunicación, no solo entre sordos y oyentes, también entre oyentes de otros países con


Jose Luis García, creador del proyecto de integración 'Rutas del silencio': "Lo que más deseo es que en el mundo se rompan las barreras de comunicación, no solo entre sordos y oyentes, también entre oyentes de otros países con otras lenguas"


El proyecto 'Rutas del silencio', una iniciativa del deportista español Jose Luis García cuya razón de ser es la desaparición de las barreras en la comunicación y la convivencia de personas sordas y oyentes de países diferentes ha abandonado Filipinas. Lo hace tras un recorrido que comenzó el pasado 4 de noviembre en la isla de Luzón y que se ha extendido por Mindoro, Panay y Negros abarcando más de 1.800 kilómetros de carreteras y caminos.
Antes de regresar a España y dar forma a futuras etapas de 'Rutas del silencio', quizá en Mongolia, los integrantes de este equipo, José Luis García acompañado por los oyentes Javier Oraá, Francisco Jiménez y Fernando Chica ofrecieron un resumen de sus experiencias a alumnos estudiantes de español de Universidad La Salle e Instituto Cervantes. El sábado pasado E-dyario conversó con estos cuatro amigos y deportistas al término de su exposición en el salón de actos del Instituto Cervantes. José Luis García respondió a las preguntas de este medio.

Prestemos atención al lado social de vuestra iniciativa. En Filipinas habéis visitado escuelas en las que estudian niños sordos. Nadie de los que estamos aquí sabe acerca de la sordera más que tú. Lo que has encontrado en estas visitas... ¿ es mejor o es peor de lo que esperabas encontrar antes de esta primera visita a Filipinas?

En Filipinas hemos visitado cinco escuelas de niños sordos, muy diferentes entre sí, diferente nivel, diferentes medios. En Manila hemos visitado la escuela de De La Salle y la Universidad, tienen una buena dotación económica, tienen buenos materiales, ordenadores... En otras ciudades, especialmente en Vigan, en el norte, el nivel , digamos que la educación no estaba enfocada hacia las personas sordas. Únicamente había tres niños que eran sordos y digamos que los profesores no estaban preparados para realizar una educación especial para personas sordas.

Ese ha sido el caso de Vigan. El resto de escuelas que hemos visitado, en Cavite por ejemplo los profesores si estaban formados como profesores de educación especial, con seis aulas con diferentes niveles por edades y por nivel de conocimientos y los alumnos si podían ir progresando.

Me he podido comunicar perfectamente aunque el lenguaje de signos no es común en todo el mundo, hay pequeñas diferencias, la comunicación entre los niños sordos, las personas sordas de Filipinas y los españoles ha sido muy fluida. A pesar de ser diferentes muchos signos, la expresión corporal, la expresión de la cara, los movimientos, los gestos, la mirada.. en seguida hay una comunicación perfecta entre personas sordas.

Quiero saber qué fue antes, el deporte, la sordera... quiero decir ¿ concibes el deporte como un medio de integración o eras ya deportista antes de la pérdida de audición?

Soy sordo desde pequeño, desde que tenía un año. El deporte ha sido despues, para romper barreras. Desde pequeño quedé sordo por una enfermedad de bronquios, una enfermedad muy grave, tuvieron que inyectarme y esas inyecciones me produjeron la sordera. Un antibiótico... esas inyeccciones lo que hicieron fue provocarme una rotura de tímpano. En los reflejos sensitivos del oído tuve un problema y a partir de ahí me vino la sordera con un año.

A medida que he ido creciendo he ido teniendo muchos problemas de integración, mis padres se dieron cuenta que vivia en un mundo aislado, me retraía y no tenía comunicación con el resto de personas.

A medida que fui creciendo, a partir de los 18 años rompí, digamos, mis propias barreras interiores saliendo al mundo y dándome cuenta de que era capaz de comunicarme y de hacer muchas cosas. Empecé a competir en ciclismo con personas oyentes.

A medida que fui creciendo tuve esa afición por el ciclismo, participé en las olimpiadas para sordos, representando a la selección española, de Europa, del Mundo. Y eso me dio mucha confianza, me dio mucha fuerza, estuve muy motivado y, a partir de ahí, vi que podía superarme.

En 2003 empecé a pensar que el mundo de la competición ya no me llenaba tanto y, con mucha fuerza de voluntad, decidí que quería salir al mundo sólo, con mi bicicleta. Y empecé viajando desde Barcelona hasta Santiago de Compostela, en España. Me di cuenta que, aunque fuese sordo, podía salir, pedalear, comunicarme con la gente, valerme por mí mismo.

Al final España se me quedó pequeña y decidí salir al extranjero. En 2008 empecé mi proyecto 'Rutas del silencio' viajando a Argentina y Chile durante tres meses en solitario. Yo sólo. Fue muy duro porque hubo momentos en los que me sentí muy solo y sin fuerzas para enfrentarme a los problemas diarios y a la soledad.

Pero puede superarlos. A pesar de tener esos momentos duros que también los tienen las personas oyentes cuando viajan solas, lo superé y terminé el viaje de tres meses visitando las escuelas de niños sordos de Chile y Argentina.

Cuando terminé el proyecto me sentí con mucha fuerza viendo que era capaz de seguir descubriendo mundo, que podía hacerlo perfectamente. Así, viaje a India con una chica, intérprete de lengua de signos, viajamos los dos tres meses por India visitando los proyectos para personas sordas de la Fundación Vicente Ferrer, el día mundial de las personas sordas en India.

Después de India surgió este proyecto en común de 'Rutas del silencio' con estos tres amigos con los que hemos hecho otros viajes por el mundo, en bicicleta. Y decidimos que podíamos juntarnos y demostrar a la gente que es posible romper esas barreras de comunicación y que podemos viajar juntos personas sordas y oyentes.

Y surgió este proyecto de venir a Filipinas. Y dentro de este proyecto, que engloba muchos objetivos, uno de ellos era visitar las escuelas de niños sordos. Y quienes son oyentes se han dado cuenta de lo bien que les reciben y que podemos también entendernos si ponemos voluntad.

A nuestro regreso daré conferencias a las personas sordas de España explicando su proyecto de visita a los sordos filipinos. A las personas sordas y a las personas oyentes. Siempre el objetivo es romper barreras de comunicación. Que las personas sordas no se sientan aisladas ni se sientan discriminadas. Que es posible y que con fuerza de voluntad y con esfuerzo se puede conseguir la comunicación.

Lo que más deseo es que en el mundo se rompan las barreras de comunicación, no solo entre sordos y oyentes, también entre personas oyentes de otros países con otras lenguas. Que debemos comunicarnos porque, bueno, tenemos un mundo en común y la comunicación entre todas las personas es lo más interesante.

Estamos en Filipinas. Tras pedalear durante cuarenta días ¿que impresión te llevas del país?

Lo que más me gusta en todos los viajes que hago tanto en Filipinas como en Chile, en Argentina, en otros países de Europa también, en India... lo que más me gusta es la aventura, descubrir paisajes, descubrir a la gente, hacer amigos por el mundo... Pero sobre todo, cuando llego a una escuela de sordos y los niños me abrazan y empiezan a comunicarse en lengua de signos conmigo, para mi son momentos impresionantes.

Lo que más me llena, con lo que más me quedo del viaje a Filipinas es recordar esos momentos de compartir con los niños sordos, con las personas sordas ese cariño que demuestran y ese interés con que nos acogen a nosotros, a las personas sordas y oyentes. Espero que mi mensaje les pueda llegar y que ellos puedan crecer y ser más valientes y más fuertes para afrontar ese futuro difícil que tienen las personas sordas.



http://e-dyario.com / Carlos Juan

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