lunes, 15 de julio de 2013

«La sociedad debería abrir la mente y dejar de ver a los sordos con cara de susto»

Preocupado por la situación laboral de un colectivo que tiene una tasa de paro del 40%, reivindica que «nosotros también queremos salir de la crisis» La Asociación de Sordos de Santander y Cantabria celebró, el 62 Aniversario de su fundación. Su presidente, Alberto Torres Briz, aprovecha la efeméride para alzar la voz de este colectivo, «que está sufriendo doblemente la crisis por su discapacidad». Reconoce que su mayor preocupación es la falta de empleo. Cantabria, junto con las Islas Canarias, es la comunidad autónoma con la tasa de paro en personas sordas más alta de España. «Yo estoy dentro de ese 40% de desempleados cántabros». Potenciar el aprendizaje de la lengua de signos y la figura del intérprete son las herramientas que reclama en pro de una integración social que aún ve lejana. «La sociedad tiene que abrir la mente y dejar de vernos con cara de susto. Sólo somos sordos, no estamos enfermos. Podemos trabajar como un oyente si nos ponen los medios para comunicarnos. No pedimos más». -Hace sólo dos meses que asumió la presidencia de la asociación. ¿Qué objetivos se marca para los próximos cuatro años? -Una de las cuestiones centrales de mi programa son los mayores sordos. El problema es que no hay residencias adaptadas para ellos, con lo cual su ingreso en estos centros va a suponer que estén solos, aislados. Lo ideal sería que se hiciera un plan de formación para el personal en lengua de signos -unas nociones básicas- o que dentro del conjunto de residencias de Cantabria hubiera una especializada, que ofreciera la posibilidad de acoger a personas sordas con la garantía de que van a tener con quién comunicarse. Ocurre lo mismo con los centros de día, hay alguna actividad, pero no están adaptados a mayores sordos. -¿Y cuál es el mayor problema al que se enfrentan los jóvenes? -Sin ninguna duda, el paro. Actualmente, el 40% de las personas sordas no tiene trabajo. Aquí es donde se ve la importancia de la educación. En Cantabria, son escasas las personas sordas con titulación universitaria. La falta de intérpretes es clave. Si no nos facilitan los recursos, es imposible continuar con la formación académica. Cantabria es, junto con Canarias, donde se registra la mayor tasa de desempleo en personas sordas, porque la actividad económica está muy enfocada al turismo y la hostelería. Esto no ocurre en otras comunidades próximas, como País Vasco, Asturias o Burgos. Las empresas también deberían confiar más en nosotros. -¿La sociedad aún debe abrir la mente? -Sí, la sociedad parece que se asusta cuando está ante una persona sorda, les da como miedo o temor. -¿Los avances son más lentos en el caso de las personas sordas que en otro tipo de discapacidades? -Sí. Te pongo un ejemplo, sin ofender: En el caso de las personas en silla de ruedas se pueden eliminar barreras arquitectónicas, colocar una rampa y mejorar su accesibilidad, pero nosotros precisamos de la figura del intérprete, que es un trabajador al que hay que pagar, y ahora estamos en tiempo de recortes. Luchamos por la igualdad de oportunidades, estamos por detrás que el resto de la sociedad por esa falta de recursos. Yo no me siento un discapacitado, soy sordo, pero tengo capacidades. El problema es la accesibilidad. Si me ponen un intérprete estoy en igualdad de condiciones. -¿El número de intérpretes sigue siendo deficiente? -Aquí en Cantabria hay poquísimos. Formados hay muchos, pero trabajando son casos contados. La figura del intérprete nos podría abrir la puerta a participar en más cosas. -¿Qué papel están jugando las nuevas tecnologías para la mejora de la comunicación? -Para los jóvenes sí están suponiendo un avance, nos comunicamos a través de SMS, correo electrónico, Whatsapp... pero eso no nos vale para los mayores, ni sordos ni oyentes. Las videollamadas nos permiten comunicarnos con lengua de signos entre nosotros, es muy cómodo, pero es una cuestión superficial. Deberían aplicarse esas tecnologías para facilitar el acceso de las personas sordas a la cultura y el ocio (cine, museos, Cabárceno...). Ahora mismo, si quiero ver una película, me tengo que conformar con el DVD, porque el cine no está adaptado. Los subtítulos no afectan al espectador, no costaría nada ponerlos. -¿En qué ha mejorado la calidad de vida de su generación, con respecto a la de sus padres, también con discapacidad auditiva? -No es comparable. Yo he tenido suerte y he contado con intérprete en el instituto, pero en educación el avance es muy lento. Tenemos leyes que nos garantizan el acceso a la lengua de signos, que antes no las había, pero falta trabajar en ellas, cumplirlas. Se cumplen muy pocos puntos. Queda mucho por hacer. -¿Confía en que algún día se llegue a introducir en los colegios? -Me encantaría que hubiera colegios bilingües, de lengua oral y de lengua de signos. Es que no he tenido durante mi etapa escolar, era el único sordo en clase, y la integración educativa no ha sido perfecta. Al menos, que la lengua de signos sea una optativa como el Francés y Latín. Sería beneficioso para todos. -¿Los niños con padres oyentes tienen mayores dificultades? -Sí, en Cantabria la mayor parte de los hijos sordos son de padres oyentes, y sí que hace falta que abran la mentalidad. No se dan cuenta, les da un shock cuando les diagnostican que su hijo es sordo. Tienen que saber que los audífonos, que están muy bien, no es la única solución, es la lengua de signos la que te da autonomía y crecimiento, por eso lo ideal es complementar las dos cosas. Con la lectura labial se pierde mucha información. -¿Qué mensaje quiere transmitir con motivo de este aniversario? -La sociedad, en general, no conoce la labor de la asociación, parece que no se ve lo que hacemos. Trabajamos en todos los ámbitos en los que están afectadas las personas sordas (empleo, accesibilidad, cultura...) y veo que las administraciones no se dan cuenta de que nosotros también queremos salir de la crisis. http://www.solidarioscantabria.com

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