sábado, 6 de abril de 2013

Cuando dos manos expresan mil palabras

¿Cuántas veces nos pasó el ir caminando por la calle y ver a dos personas hablando lengua de señas? ¿Cuántas veces respondimos hablando oralmente a esas personas que pedían limosna con un papel que pregonaba 'soy sordo'? ¿Cuántas veces somos nosotros los sordos al no querer prestar nuestros oídos ante un problema tan común como éste? Casi un año atrás me encontraba en un colectivo de camino al centro de Paraná. El ómnibus iba lleno, es por esto que al lado mío se veían obligadas a viajar paradas tres personas a las cuales miré como nunca, sin ninguna gota de vergüenza ni disimulo. Iban hablando en lengua de señas mientras yo los miraba atontada; no alcanzaba a entender la grandeza de la inteligencia humana. Meses después de este pequeño acontecimiento, me encuentro sentada en una mesa rectangular, en un barrio alejado de la zona céntrica paranaense junto a dos de estas personas: Sebastián Acosta (35) y María José Franco (24), y un par de compañeros más: Sheila Feldman (25) y Facundo Astrada (21) en una lucha silenciosa por la integración social. ¿Coincidencia? Por mi parte, creo que estaba destinado a ser. ¿Cuántas veces nos pasó el ir caminando por la calle y ver a dos personas hablando lengua de señas? ¿Cuántas veces respondimos hablando oralmente a esas personas que pedían limosna con un papel que pregonaba 'soy sordo'? ¿Cuántas veces hemos visto personas que necesitan nuestra ayuda y por ignorancia hacia la lengua de señas no hemos podido hacer nada al respecto? ¿Cargamos con culpa al no poder integrar a las personas Sordas a la sociedad? No me malinterpreten, mi objetivo no es señalar con el dedo a la comunidad oyente, porque este escrito nace al haber pasado por cada una de esas eventualidades. Pero la realidad es la siguiente: ¿Cuántas veces somos nosotros los sordos al no querer prestar nuestros oídos ante un problema tan común como éste? Es nuestra oportunidad entonces de recapacitar sobre el asunto. Ya lo había dicho Ferdinand de Saussure, el llamado padre de la lingüística moderna en sus cursos de Lingüística General dictados entre los años 1906-1911 en la Universidad de Ginebra, y traído a nosotros a través de la recopilación de apuntes tomados por sus alumnos, editados e impresos en 1925: "Se podría decir que no es el lenguaje hablado el natural en el hombre, sino la capacidad de constituir una lengua", y que "por encima del funcionamiento de los diversos órganos que usamos, existe una facultad más general, la que gobierna los signos: ésta sería la facultad lingüística por excelencia". (Saussure 2007:59) De la misma forma, ejemplifica que en la producción de sonidos necesarios en el habla, los órganos fonadores que utilizamos para comunicarnos de forma oral son tan exteriores a la lengua como los aparatos eléctricos que sirven para transmitir el alfabeto Morse son ajenos a ese alfabeto, y que la fonación, o sea, la ejecución de las imágenes acústicas, no afecta en nada al sistema mismo. Así es como Saussure explica que todos los seres humanos, por nuestra sola condición de ser personas, tenemos la capacidad y posibilidad de desarrollar una lengua, de comunicarnos, de sentirnos seguros y de esta forma poder convivir con naturalidad en sociedad. Si partimos desde esta base notaremos que las personas sin ningún tipo de trastorno auditivo no tuvimos demasiados problemas en desarrollar la lengua hablada por medio de nuestros órganos fonadores y auditivos. También notaremos entonces no habría problema aparente en que una persona con trastornos auditivos desarrolle al igual que nosotros una lengua, y lo podemos comprobar en el hecho del desarrollo y la creación de la Lengua de Señas. La Lengua de Señas es una lengua natural de expresión y configuración gesto-espacial y percepción visual gracias a la cual las personas sordas pueden establecer un canal de comunicación con su entorno social, ya sea conformado por otros individuos sordos o por cualquier persona que conozca la lengua de señas empleada. Mientras que con el lenguaje oral la comunicación se establece en un canal vocal-auditivo, el lenguaje de señas lo hace por un canal gesto-viso-espacial. Al igual que en las lenguas orales, las lenguas de señas tienen parámetros gramaticales que difieren de otras lenguas de señas, como por ejemplo la Lengua de Señas Argentinas (LSA) y la Lengua de Señas Británica (BSL). Entonces, ante todas estas evidencias sobre cómo una persona con hipoacusia leve, media o profunda puede comunicarse (y de hecho lo hace, en un acto individual de voluntad e inteligencia) y ser parte de una sociedad en la que puede ser integrado si ésta comprende que es necesario también conocer esa otra forma de comunicarse de una minoría que merece ser respetada e incluida, ¿por qué es que como comunidad social que somos no incluimos y valoramos la diversidad? ¿Cómo es la inclusión de una persona Sorda o con otros trastornos auditivos en la sociedad? "La inclusión en la provincia de Entre Ríos y en el país se vive de forma bastante difícil", comenta Sheila, quién participa la cultura Sorda por la alegría que le genera poder ayudar más que por necesidad propia. Ella expresa que en el proceso de la integración, uno intenta ayudar a los chicos Sordos, pero que no hay suficientes intérpretes. Lo cual es una realidad diaria; no hay intérpretes en el banco, no hay intérpretes en el supermercado, no hay intérpretes en ningún lado. Parece ser un problema de fácil solución el decir: para integrar necesito un medio, pero sin este medio, sin esta persona esencial que es el intérprete ¿cómo se integra? A pesar de que no todas las personas Sordas tienen interpretes, no es la obligación del intérprete acompañar a la persona en cada movimiento que haga. De igual forma tampoco quisiera ninguna persona tener que depender de otra para poder realizar tareas tan diarias como ir al banco o al supermercado, por ejemplo. Pero bajo la simple necesidad de hacer estas actividades, una gran parte de la comunidad Sorda se puede manejar en estos ambientes. Según Sebastián, futuro profesor de la Tecnicatura en Lengua de Señas traída este año por la UNER a Paraná, "No es fácil, pero nosotros avisamos que somos personas sordas, y mantenemos una comunicación con el otro lado del mostrador de forma escrita, a través de papel". La mayor parte de las veces, corren con la suerte de que algunas señas las usamos también los oyentes en la vida cotidiana como por ejemplo el gesto de 'dinero' (Al unir las puntas de los dedos y moverlas). Comenta también que "todo depende de 'la calle' que tenga cada uno. Uno aprende de lo que ve. La palabra 'sordo' puede resultar chocante y dura a la hora de de hablar de ellos. En la mesa en la que estábamos teniendo esta conversación alguien comentó que es difícil el golpe de la palabra en la cotidianeidad, pero no hay que dramatizar. "No somos personas con discapacidades, tenemos una forma diferente de comunicarnos", comenta Sebastián. Hay personas que no oyen o no quieren oír, que se hacen los sordos, y nadie les dice sordos. Si bien hay que tratar de no etiquetar, y uno puede hablar de personas no oyentes, la palabra no es mala. Desde hace ya algunos años, al hablar de Personas Sordas, se le agregan mayúsculas, ¿por qué? Porque al hablar de persona 'sorda' estamos solamente refiriéndonos al término médico con el cual son diagnosticados. Pero cuando leemos 'persona Sorda' con mayúscula nos estamos refiriendo a una persona inmersa en la cultura Sorda, que mantiene un contacto constante de cosas en comunes como tradiciones, valores, chistes, pero por sobre todo, una lengua. Esto nos lleva a preguntarnos: el tener una lengua diferente ¿nos discapacita? En la medida en que la sociedad marca a las personas que tienen alguna necesidad especial, encierran muchas patologías que la mayoría de los casos se consideran como una discapacidad y las interpretan así cuando muchas veces no lo son. Por ejemplo: al imponer estereotipos culturales que fomentan la dinámica de exclusión, lamentablemente la sociedad populariza el decir que son personas con discapacidad las personas sordas e hipoacúsicas. Es esta la razón por la que a las personas Sordas se les impone límites sociales sin antes pensar en lo que puedan hacer o no. Sin embargo, "todos se sorprenden cuando empiezan a interiorizarse en las posibilidades que tiene la persona Sorda", comenta María José, ingresante a la primera promoción de la Tecnicatura de Lengua de Señas en Entre Ríos e Hipoacúsica de nacimiento. Al respecto, ella explica "nosotros también podemos estudiar, manejar, trabajar. Tenemos las mismas posibilidades que cualquier persona, el problema es la etiqueta que tenemos de 'persona sorda', de discapacitado: no podemos hacer nada". Dicen que el hombre no nace hablando. Sus primeras experiencias del mundo que le rodea y sus primeras comunicaciones con él no son necesariamente verbales. Mirando, tocando, siendo sostenido aprende las primeras y quizá más importantes lecciones de la vida. Por el hecho de pertenecer a la mayoría hablante no quedamos exentos del problema de la integración. No son las personas Sordas las que deban adaptarse a una sociedad y dejar que esta los arrastre, tenemos que ser nosotros los que marquemos la diferencia y luchemos por una integración justa. Integrar no significa homogeneizar la sociedad, sino considerar las diferencias y actuar en consecuencia. Un individuo no debe dejar de ser quién es para integrarse. Por otra parte debemos saber que es imprescindible integrar el sistema, no integrar las personas directamente al sistema. De esta forma, la integración se convierte en un proceso unidireccional de respeto, derechos y responsabilidades compartidas. La hipoacusia o la sordera no nos imposibilitan la comunicación, sino que por el contrario nos abren nuevos caminos para conocer, aceptar y valorar. Tenemos que aprender de las diferencias, la diversidad es buena y es natural. En tiempos donde el odio separa pueblos, colocar nuestro granito de arena es necesario. La integración no se mide en grandes gestos, sino en la dignidad de cada uno de nosotros porque tarde o temprano, todos necesitamos ser integrados o integrarnos. María Paula Aguilar/Especial para UNO http://www.unoentrerios.com.ar/

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