lunes, 24 de septiembre de 2012

“Campo” es el primer cortometraje uruguayo totalmente realizado en lengua de señas

OEI dialogó con la licenciada Natalia Espasandín, del Departamento de Comunicación Audiovisual de la Universidad Católica del Uruguay (UCU), acerca de la filmación del primer corto en lenguas de señas en Uruguay, "Campo", realizado a partir del guión homónimo elaborado por alumnos de la Escuela N° 116 Especial – Sordos de Salto, galardonado en el concurso "Escritura y Cine" de OEI. El cortometraje, que fue exhibido recientemente en el Congreso Iberoamericano de las Lenguas en la Educación y en la Cultura en Salamanca, fue efectuado íntegramente con actores sordos, exigencia que manifestaron los escolares premiados. Ver video -¿Quiénes integran el equipo que participó en el corto? -"Campo" fue realizado por un grupo de quince egresados y estudiantes avanzados de las Licenciaturas en Comunicación Social e Ingeniería Audiovisual, de las Facultades de Ciencias Humanas e Ingeniería y Tecnologías de la UCU, en coproducción con la OEI y la Escuela Nº 116 Bilingüe para Sordos de la Ciudad de Salto, y en coordinación con la Tecnicatura Universitaria en Interpretación LSU-ESPAÑOL-LSU de la Universidad de la República, Regional Norte y Facultad de Psicología. -¿Qué los motivó a presentar una idea para realizarlo? -Recibimos el guión y enseguida nos planteamos reunirnos con los referentes de las instituciones participantes y acordar el primer punto: el guión había sido traducido al español para presentarlo al concurso, para que nosotros lo entendiéramos, pero el corto debía ser en lengua de señas uruguaya (LSU). ¿Por qué? Porque el desafío era mayor y de ese modo respetaríamos su esencia, y porque se trataba de la excusa perfecta para aprender más y desarrollar una técnica de trabajo acorde. -¿Cómo recibieron la propuesta los creadores del guión? -La respuesta fue súper positiva, desde Salto querían que así fuera y estaban dispuestos a sumarse a la producción para lograrlo. Y pusieron su condición, los actores debían ser sordos, porque son los verdaderamente nativos de la LSU, los oyentes que aprenden la lengua de señas nunca adquieren la misma destreza. De este modo, realizamos el primer cortometraje uruguayo totalmente en LSU y cien por ciento con actores sordos. -¿Cómo compatibilizaron el guión original con el producto final? -Entre la cultura sorda y la cultura oyente hay códigos bien diferentes. Con el grupo de UCU leímos cuidadosamente el guión que concursó y lo adaptamos a un esquema de producción audiovisual profesional. Preguntamos, inventamos, buscamos opciones y propusimos algunos cambios al grupo de Salto, para que sin traicionar el espíritu original de la historia, permitieran que el material funcionara para ambas culturas. Ese fue nuestro segundo gran objetivo: generar un material integrador, que incluyera, y que fuera accesible y disfrutable por igual tanto para oyentes y sordos. -¿Qué experiencias recogieron durante el rodaje? ¿Cuánto duró y en qué locaciones lo filmaron? -Los visitamos varias veces, mantuvimos una buena comunicación, compartimos las ideas y el plan de trabajo, se hicieron los ajustes necesarios y nos decidimos a filmar en Salto. De esa forma involucrábamos más al grupo local, porque podían participar miembros de la escuela en la realización como productores locales y actores. De este modo, también contábamos con la colaboración de la comunidad sorda de Salto, lo que facilitaba de gran manera el trabajo. "Campo" se filmó en locaciones del pueblo de Belén, departamento de Salto, en una tapera vieja, en la calle, en la costa del río Uruguay, en un viejo bar y en la casa de una de las docentes de la Escuela. Había un caballo, un perro que no quiso hacer lo que se le pedía y mucha bosta de vaca por todos lados. La gente local nos recibió con mucha amabilidad y los actores -aunque pasaron mucho frío- dieron lo mejor de sí. Fue una experiencia maratónica, porque los recursos daban para un sólo día de rodaje y lo que teníamos que filmar era mucho. Terminamos filmando más de 17 horas y volvimos agotados, pero felices. -¿Qué sintieron los alumnos al ver su guión convertido en un cortometraje? -Creo que se emocionaron mucho. Lo mejor es que pudieron participar de la realización de forma directa. No dieron un guión y por acto de magia apareció un corto, sino que siguieron un proceso y vieron lo difícil que es por momentos y lo mucho que hay que entregar en términos de energía y de corazón para que las cosas salgan. Cuando fui a Salto a mostrar la versión final, estaban súper emocionados y sorprendidos, no se imaginaban que iba a quedar así. ¡Lo vimos como seis veces, una tras otra! Considero además que siempre sorprende, porque el proceso de producción audiovisual implica desarmar todo un guión y filmarlo en diferente orden de cómo se va a ver, y cuando al final se edita y postproduce, siempre es mágico. http://www.oei.org.uy

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