lunes, 9 de julio de 2012

Los disminuidos auditivos pueden tener distintos grados de sordera pero aún aquellos que son el 100% sordos, también tienen posibilidades de reeducación a través de la Musicoterapia. Si el niño no es atendido tenderá a replegarse cada vez más en sí mismo, siendo víctima de problemas afectivos, nerviosos y de integración social. La Musicoterapia como técnica y como expresión aporta a estos niños la vivencia de la música a nivel individual y grupal. El deficiente auditivo no “oye” como lo hace una persona normal. Percibe vibraciones y sensaciones acústicas. Desde su condición fetal perciben las vibraciones. El sistema kinestésico nos proporciona información del propio cuerpo: posición en el espacio, postura, movimiento, equilibrio y orientación. La kinestesia será el factor determinante del establecimiento de la relación entre el cuerpo y el medio. A través del sentido táctil podemos decir que se percibe la música y esta es decisiva en el aprendizaje de articulación de sonidos y palabras, percepción de fonemas en el rostro, garganta, tórax... del profesor. Los sordos reaccionan ante todas las excitaciones de tonos y ruidos. A través del sistema visual perciben los movimientos y ritmos. Es de gran importancia la observación de expresiones corporales, grafías, instrumentos, melodías, danzas... La mayoría de los niños sordos pueden percibir algunos de los variados elementos de la música ayudando en: a) Conceptos de sonido. b) Capacidad de hacer música. c) Participación plena y con alegría. d) Profundo conocimiento del mundo. RITMO Y MOVIMIENTO El ritmo para el niño con deficienciasd auditivas es un factor de vital importancia para la comprensión del mundo que le rodea y es capaz de crear comunicación entre sí y le otro. Se expresa con alegría y soltura. La actividad rítmica es una de las formas más efectivas para lograr que el niño sordo disfrute de la interacción social y comparta una serie de actividades de grupo en las que puede expresarse junto a niños capaces de oír. La utilización del ritmo en le movimiento da lugar a una mejor coordinación motora y corporal, una aptitud y desenvoltura del equilibrio y control postural, así como una rehabilitación de la organización motriz. El acercamiento del niño al mundo del oyente se realiza a través de la práctica y capacitación rítmica y del entrenamiento auditivo. El ritmo actúa como regulador de movimientos, provoca los reflejos y es el agente del desarrollo sensorial, motriz, emocional, mental y social de los niños con deficiencias auditivas. Todos estos movimientos son la preparación al ritmo que va a proporcionar la regulación de los movimientos. El ritmo es la unión de los corporal y lo espiritual. Se debe llevar a cabo en grupo pues les facilita mucho integrarse desde el principio. Sugerencias: DANZA CON SORDOS La danza puede exteriorizarse, sentir su cuerpo, salir de su Soledad interior y comunicarse con el otro, con el grupo, liberando de esta manera sus angustias mediante una metodología correcta, pues habremos conseguido que sea capaz de expresar sucesivamente todo su mundo interior. La danza es expresión de vida y la podemos considerar como un juego, un grito, una súplica, un sentimiento... LOS INSTRUMENTOS Con los sordos comenzaremos utilizando los elementos de percusión de nuestro cuerpo. La expresión y vivencia musical debe inspirarse en los orígenes de la música y su resonancia afectiva. Las percusiones temporales nos proporcionan la toma de conciencia de la pulsación a nivel grupal e individual. Deben predominar los de percusión de gran tamaño, sobre todo los de parche: bombo, tumbadora, timbales... pues producen vibraciones más intensas tocando la superficie con las manos. Los instrumentos con resonancias graves son los de parche pequeño como el pandero y la pandereta además de su fácil manejo que les permite desplazarse con ellos.

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