miércoles, 1 de junio de 2011

EL RUIDO INVADE LOS COLEGIOS


EL RUIDO INVADE LOS COLEGIOS
No sólo los trabajadores del transporte o la vía pública
están expuestos al sonido extenuante.
Según estudios realizados por la Autoridad Sanitaria de
la Región Metropolitana, los colegios ubicados en pleno
centro de Santiago soportan –al interior de las aulas–
niveles que superan los 80 dB. La OMS recomienda un
límite de 35 dB para un adecuado aprendizaje al interior de la sala de clases y un techo de 50 dB en los
patios. En muchos colegios, niños y profesores deben
gritar para responder o enseñar. En este caso, el principal responsable sigue siendo el tránsito y el transporte
urbano, que en la capital chilena ha tenido un crecimiento abismante los últimos cinco años.
Si bien la actual Ordenanza General de Urbanismo y
Construcciones exige que para construir un colegio se
presente un estudio de impacto ambiental a fin de analizar y mitigar los ruidos que el nuevo establecimiento pueda generar en el sector en donde se emplace, Chile está lejos de cumplir con los
estándares internacionales. Esto, porque los cálculos de impacto se realizan cuando los colegios se
encuentran desocupados y no cuando están a plena actividad, por ejemplo en los recreos.
Pero este problema no es sólo chileno. Una investigación realizada en 2002 por el Doctor Alain
Muzet, del Centro de Estudios Bioclimáticos en Francia, demuestra que los niños cuyos colegios
lindan con zonas ruidosas (industrias, aeropuertos o carreteras con mucho tránsito) tardan más en
aprender a leer, presentan mayor agresividad, fatiga, son más susceptibles a peleas y riñas
frecuentes, tienen mayor tendencia al aislamiento, y cierta dificultad de relación con los demás.

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